Florent
Marcellesi
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Producción de energía con el carbón como combustible |
Afrontemos la
realidad. Por motivos económicos, ecológicos y de salud, el carbón ya no tiene
futuro. Primero, desde el punto de vista económico, las ayudas para el cierre
de las minas de carbón terminarán a finales de 2018. Ninguna mina en España —y
de rebote algunas centrales de carbón— podría ser rentable sin ayudas públicas,
ni tendrían capacidad de devolver las ayudas recibidas para el cierre si
decidieran seguir abiertas. Desde el punto de vista climático, el acuerdo de París marca
el camino a seguir tanto a las minas como a las centrales de carbón. Ha terminado
la era de las energías sucias y necesitamos descarbonizar del todo la economía
europea para 2050: empieza la era de las renovables. Desde el punto de vista sanitario, son altísimos los daños a la salud causados por la quema de carbón, un impacto que, además de tener un gran coste social y
económico, no está internalizado en el precio de la electricidad.
Ante esta triple
realidad, desde las instituciones y la sociedad civil decidimos ser valientes y
proponer una transición ordenada, planificada y participativa hacia una
economía no dependiente del carbón (incluyendo minas y centrales). Reconociendo
la labor histórica de los mineros y sus familias, y su aportación fundamental
para construir la sociedad española y europea actual, podremos poner en marcha
una transición justa y sostenible de las cuencas mineras, aprovechando su
gran potencial cultural, solidario y participativo para dar el paso definitivo
hacia los sectores sostenibles. Apostemos entonces, de forma valiente y
decidida, por una economía verde donde los empleos de hoy y mañana son a la vez
dignos, seguros y respetuosos del medio ambiente y nuestra salud.
Así que, si bien
no hay futuro para el carbón, sí hay un gran futuro para los mineros y el resto
de habitantes de las cuencas mineras. Y de ello tenemos ejemplos claros como el
de Loos-en-Gohelle, un pueblo minero francés pionero en un futuro post-carbón.
Gracias al proceso de transición participativa que ha puesto en marcha el
equipo de gobierno junto con el tejido empresarial y asociativo local, han
conseguido que la cuenca minera y sus vestigios (pozos, cargues, escombreras,
talleres, hospitalillos, poblados mineros…) sean declarados Patrimonio de la
Humanidad de la UNESCO. Así la identidad, entendida como "lugar de
memoria", se transforma en palanca cultural, turística y económica.
Han logrado
además que el municipio se convierta en un centro reconocido de las energías
renovables y, en vez de despoblarse, atraiga a nuevos habitantes y actividades
económicas y sociales, consiguiendo a su vez que el paro sea más bajo que en
las zonas limítrofes. La economía verde, entendida como "camino del
futuro" resulta ser más creadora de empleo que seguir en la economía
industrial y fósil del siglo XX.
Las cuencas
mineras, por tanto, tienen todo para estar a la vanguardia de la economía del
siglo XXI. En caso de invertir las ayudas al cierre hacia actividades
sostenibles y apostar por el emprendimiento local, las cuencas mineras son un
extraordinario ejemplo de nueva economía donde empleo rima con energías
limpias, agricultura ecológica, rehabilitación de edificios, movilidad
sostenible y economía social y solidaria. En las cuencas, van más que nunca de
la mano la transición justa defendida
por la Confederación Sindical Europea con la transición "más allá del carbón" defendida por Greenpeace. Lo social y lo ecológico son
dos caras de la misma moneda post-minera.
Las cuencas
mineras pueden encaminarse hacia una profunda diversificación de su economía,
disminuir su dependencia de las grandes eléctricas, elevar el nivel de
formación de sus jóvenes y dar más peso a las mujeres en una economía minera
históricamente masculinizada. Pero, sobre todo, las cuencas mineras tienen que
creer en sí mismas, en sus capacidades, en sus oportunidades y actualizar su
imaginario colectivo. En un mundo marcado por la crisis económica y climática,
el futuro pertenece a los que apuestan por poner los derechos sociales y la
ecología en el centro de sus preocupaciones y horizontes.
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