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Lilian Tintori 'animando' a la guarimba |
La esposa de Leopoldo López experimentó una profunda
metamorfosis desde sus tiempos de kitesurfista y presentadora de televisión a
su actual rol de imitadora de Yulia Timoshenko, la líder guarimbera ucraniana. Personaje
diseñado por el aparato publicitario y mercadotécnico de la derecha, se considera
capaz de hacer y decir cualquier cosa, incluso de mentir con el mayor descaro.
De entrada, digamos que no es nada extraño
que Lilian Tintori sea “capaz de
cualquier cosa” por defender a su marido, independientemente de que los
adversarios políticos hayan apodado a Leopoldo López “el Monstruo de Ramo Verde”. Es algo natural, muy comprensible, que
la esposa defienda al esposo e, incluso, que crea en su inocencia.
Aclarado ese punto, veamos hasta dónde
llega eso de “ser capaz de cualquier
cosa”. Bueno, también de entrada, es público y notorio que Lilian Tintori
ha mentido repetidamente; ha hecho teatro dentro y fuera del país; ha manipulado
los sentimientos de la gente hasta el cansancio; y ha dicho muchas barbaridades
acerca de las víctimas del odio guarimbero. Todo ello en el empeño de que su
cónyuge quede en libertad. ¿Usted haría lo mismo por su pareja? Es una pregunta
pertinente para contestarla en domingo, que es el día de darse golpes de pecho.
Lo cierto del caso es que Lilian
Tintori, gústele a quien le guste, se ha convertido en una figura de la
política venezolana, con gran proyección internacional, al punto de que, siendo
una mujer con gran presencia física, alguien podría también apodarla “la Monstrua”. Es un personaje fabricado
por artes de la publicidad y la canalla mediática. La analista política
Maryclen Stelling dice que “ella era un
muchacha dedicada a los deportes, creo que al yoga, a correr maratones… y no lo
digo como forma de descalificarla, sino porque así era… pero, gracias al
gobierno, tiene una dimensión internacional tremenda. El lobby mundial que ha
hecho ella, en compañía de otros de sus familiares, es exitosísimo. Han sido
recibidos por presidentes, reyes, mandatarios, asambleas, congresos, etcétera,
etcétera. Así que si López sale a la calle, lo hará con una aspirante a primera
dama que, además, se expresa bien y por su físico es una persona agradable… Eso
debe preocupar mucho a alguien como Henrique Capriles, quien pasaría a un
segundo plano, pero no hay duda de que son un héroe y una heroína en los que el
gobierno tiene su cuota de responsabilidad”.
Si se le pasa revista a su breve
trayectoria pública, puede observarse cómo fue esa metamorfosis. De una “chama very nice” del este caraqueño a
una imitadora de Yulia Timoshenko, la líder de la guarimbera Revolución Naranja
de Ucrania.
Veamos el cambio con más detalle.
Tintori era una “pijita linda” que se
distinguía por practicar un deporte muy asociado a esas características: el
kitesurf, ese que consiste en deslizarse y hacer piruetas varias sobre las
olas, valiéndose de un ala parecida a la de los parapentes, en los paraísos venezolanos
del kitesurf: Adícora, en Falcón, y El Yaque, en Margarita. No era una
practicante eventual, sino que llegó a ser campeona en 2003 y promotora de la
creación de una federación de la especialidad. También se fajaba en otras
actividades deportivas como natación y atletismo. En su performance atlética
aparecen participaciones en los maratones de Caracas, Nueva York, París y
Beijing.
Con su físico playero y su
entrenamiento intensivo no es de extrañar que terminara trabajando en televisión.
Participó en un programa de estilo reality
show, de Venevisión, llamado Robinson, la gran aventura, en el que los
competidores debían sobrevivir a situaciones extremas. Ella resultó ser la
ganadora y eso le permitió iniciar una carrera como modelo, presentadora en
varios programas de televisión y locutora en las emisoras La Mega, Hot 94 y
Ateneo 100.7. Curiosamente, no tuvo participación como actriz de telenovelas,
lo que demuestra que los expertos en casting estaban un poco dormidos, ya que
la chica hubiese sido un exitazo, si se consideran las dotes histriónicas que
últimamente ha mostrado.
Aparte de su actividad deportiva y de
su incursión en la farándula, llevaba una vida más bien discreta. Graduada en
la Universidad Católica Andrés Bello, en la especialidad de Educación Preescolar,
hizo después un postgrado en Comunicación Política en la Universidad Central de
Venezuela. Además, participaba en iniciativas sociales como una fundación que
atiende a los niños sordo-ciegos y otra que atiende a las víctimas de la
violencia de género.
En esas andaba cuando conoció en una
noche discotequera a quien iba luego a ser su esposo, el alcalde de Chacao,
Leopoldo López. Se casaron en 2007, en una ceremonia en la que ambos vistieron
de blanco y fue la comidilla de la alta sociedad y la clase media, aunque por
razones distintas. La alta sociedad comentó el enlace con las reservas típicas
de una élite. No se llegó a los extremos de los melodramas en los que el galán
de la familia se casa con la muchacha de servicio y, en consecuencia, lo
desheredan, pero resultaba obvio que a esta dama, pese a su fama, le faltaba
linaje. No es de los “amos del valle”,
sino la hija de un señor argentino y una señora venezolana. “A doña Antonieta todavía se le nota cuando
la mira”, dice Marifer Popof, personaje conocedor de los intríngulis de la
jet set venezolana, y que a veces adopta la personalidad de la humorista Carola
Chávez. Se refiere Popof a la madre de López, Antonieta Mendoza de López, una
auténtica dama de alta cuna. La clase media, en tanto, deliró con el
acontecimiento porque tuvo algo de la boda de la Barbie con Ken, es decir, que
estaba en la carga genética cultural de mucha gente de El Cafetal, de Terrazas
del Ávila, del propio Chacao y hasta de algunos desenfocados de La Pastora y
Caricuao.
En los primeros seis años de
matrimonio, su actividad fue de esposa conservadora y trajo al mundo a Manuela
Rafaela y Leopoldo Santiago, los dos hijos que hasta ahora tiene la pareja.
También fue un factor importante para que López se diferenciase de otros
dirigentes de la derecha venezolana que le habían dado a sus organizaciones
políticas la fama de ser clubes de solteros.
El verdadero cambio en la vida pública
de Tintori se produjo a finales de 2013 y comienzos de 2014, cuando López
ordenó al ala pirómana de la oposición entrar en modo de violencia “hasta que salgan quienes hoy están
gobernando”. El ala pirómana le obedeció y se inició la locura colectiva.
El líder de la revuelta fue detenido mediante una operación que contó con el
consentimiento de sus familiares, incluida la mujer, aunque luego lo ha negado,
pues su muerte había sido planificada por factores de la misma oposición, como
detonante de una desestabilización total. Y allí comenzó la nueva fase de
Tintori, una en la que, como ya se ha dicho, ha hecho “cualquier cosa” para sacar a su esposo de prisión y, a la vez,
para derrocar al gobierno constitucional.
En esta nueva fase, la prensa
internacional la cataloga como una “activista
de derechos humanos” que peregrina por el mundo pidiendo apoyo para su marido,
al que toda la derecha mundial llama “preso
político”. Para ello, administra muy bien su cara de niña de colegio de
monjas y lee discursos acerca de la libertad y la justicia. Ese rol es como sal
arrojada a las heridas de los familiares de las víctimas de la escalada de
violencia de 2014, es decir, de la fallida operación de derrocamiento del
gobierno de Nicolás Maduro, encabezada por el marido de Tintori.
“Tu
esposo está vivo y el mío no. Tu esposo incitó la violencia y por eso el mío
está muerto”,
le dijo, cara a cara, la teniente Yendry Velásquez, viuda del capitán de la
Guardia Nacional Bolivariana Ramzor Bracho, asesinado por un francotirador
cuando intentaba auxiliar a un compañero en medio de una guarimba en una zona
de clase media alta de Valencia.
Las Víctimas de la Guarimba y el Golpe
Continuado han sido la piedra en el zapato de la heroína del “escualidismo extremo”. Recientemente le
arruinaron el numerito que quiso montar en la Asamblea Nacional, a propósito de
la presentación de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional. Molesta por
eso, Tintori se atrevió a decir que a los familiares de las personas muertas “les pagan por llorar”. También ha
tenido la osadía de acusar, de manera absolutamente irresponsable, al director
de la cárcel de Ramo Verde y a los funcionarios de prisiones de vejaciones y
maltratos que, el tiempo ha demostrado, fueron fruto de la imaginación
retorcida de la pareja. Con esas actitudes probó que no solo es capaz de hacer
cualquier cosa, sino también de decirla, incluyendo las más descaradas mentiras.
Ahora, si el proceso constituyente
impulsado por el pueblo no lo impide, la derecha venezolana cuenta con la “parejita
ideal” para liderar una candidatura ganadora en los próximos procesos
electorales de Venezuela.
Plumaroja
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