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Huella ecológica |
Te invitamos a poner nota a tu
ciudad de cero a diez en cada uno de los diez puntos siguientes. Luego calcula
la media sumando todos los puntos y dividiendo entre diez. Así podremos ver
(más o menos) si tu ciudad es “sostenible”. ¡Empecemos!
¿Cómo serían las ciudades sostenibles?
Ciudades con suficientes parques y
árboles, que huyen de las talas y de las podas,
que hacen la ciudad bonita y habitable respetando su biodiversidad.
Golondrinas, murciélagos o cigüeñas, entre otros, deben ser siempre animales
bienvenidos. Debe haber zonas verdes cerca de las viviendas, árboles en sus
calles y parques
ecológicos. Este tipo de parques priorizan las plantas autóctonas,
evitan usar peligrosos fitosanitarios como el glifosato, abonan con compost,
incluyen hoteles para bichos y zonas para
flora salvaje, entre otras medidas. También deben fomentarse los
jardines verticales, los huertos urbanos comunitarios, y las pequeñas parcelas
para alquilar.
Ciudades que generan energía
renovable distribuida: Debe fomentarse la energía solar, tanto fotovoltaica
como para agua caliente (de hecho, calentar agua con el sol es cinco veces
más eficiente). Las cubiertas de los edificios son lugares ideales
para las energías renovables, pero también para los techos verdes y para los huertos
urbanos. También se está extendiendo la generación de electricidad
introduciendo pequeñas turbinas en las conducciones de agua, donde sea posible
(Portland genera así la electricidad gratis para unos 150 hogares).
Las ciudades no deben ser solo consumidoras de energía. ¿Fomentan las
administraciones locales todo esto? También podemos incluir en este punto que
los ciudadanos, las empresas y las administraciones de la ciudad tengan su
contrato en eléctricas
que suministran energía renovable 100%.
Ciudades bien diseñadas y
cohesionadas: Los barrios deben tener todo lo que la gente necesita (trabajo,
compras, ocio, colegios, ambulatorios...). Separar estas zonas nos obliga a
usar más el transporte, con la consiguiente pérdida de tiempo y energía. Para
evaluar este punto reflexiona con estas preguntas: ¿Puedes ir a los lugares de
ocio y hacer la compra básica andando o en bicicleta? ¿Hay barrios en tu ciudad
con población envejecida? ¿Hay barrios marginales? ¿Hay mucha desigualdad
(diferencias entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, entre distintas
razas...)? ¿Hay gentrificación?
Ciudades
con transporte sostenible y que facilitan la vida a los peatones y a los
ciclistas: Si la ciudad está
bien diseñada, las zonas peatonales serán lugares agradables y los carriles bici
serán útiles. Un ejemplo es Pontevedra,
un paraíso sin coches, sin ruido y donde se oyen los pájaros. Señalizar
la distancia a pie entre sitios emblemáticos y facilitar el alquiler de
bicicletas fomentan la sostenibilidad. Pensemos que usar la bicicleta en
la ciudad es saludable y, por tanto, ayuda a reducir gastos
sanitarios.
Facilitar
el uso del transporte colectivo: No basta con que el transporte público
esté bien diseñado en rutas, sino que ha de ser razonablemente barato, tener la
posibilidad de trasbordos gratuitos y de poder montar la bicicleta (aunque sea
en el exterior de los autobuses o en vagones específicos).
Limitar
el uso del coche privado: En Copenhague se usa mucho la bici porque es la forma más cómoda de llegar a todos los sitios y
no porque los daneses quieran estar en forma o pasar frío. Está demostrado que
cuando el coche no puede usarse para ir a cualquier lugar, la gente toma
alternativas y se acostumbra a dejar el coche aparcado. Ya que el coche
eléctrico está ganando la batalla, las ciudades también deben
instalar electrolineras, pero sin perder el objetivo principal: diseñar la
ciudad para bicicletas y peatones (y no para coches).
Ciudades
fomentando la economía circular, local y sostenible: No se trata solo
de reciclar, sino de fomentar los envases
reutilizables, de que los puntos
limpios faciliten reutilizar lo que allí llega, así como de
establecer mecanismos para que los productos locales, se queden en la región y
no tengan que viajar lejos. También es muy necesario que la ciudad convierta en
compost
sus residuos biodegradables y que sea fácil deshacerse de cosas como el aceite usado
o las pilas eléctricas (aunque lo único realmente ecológico es no usar pilas
desechables).
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El tráfico es responsable de la contaminación atmosférica en las ciudades |
Ciudades
limpias y sanas:
Aquí distinguimos cuatro temas:
Limpieza: No se trata de
limpiar mucho sino de que los ciudadanos entiendan que es mejor no ensuciar su
ciudad. También hay que entender que las hojas de los árboles no son suciedad y
que quitarlas con máquinas sopladoras contamina en exceso. Hay tipos de aceras
que requieren más gasto en agua y detergentes (por ejemplo, el blanco es peor
que el tradicional gris). ¿Hay colillas o plásticos por el suelo? ¿Se depuran
bien las aguas
residuales?
Contaminación: Aquí habría que
estudiar si hay industrias
contaminantes en la ciudad o demasiado cerca, así cómo si hay
medidores públicos con distintos tipos de contaminantes ambientales.
Salud: La salud está muy
vinculada al lugar donde vives: en nuestra salud influye más nuestro código postal que nuestro código
genético. Así, algunas ciudades facilitan el ejercicio de muchas
formas: creando lugares apropiados o con sesiones de gimnasia en grupo para
todas las edades en sitios públicos. ¿Se fuma en la calle aunque llegue el humo
a la gente cercana? ¿Hay excesivo
ruido de tráfico, gente...? ¿Tiene el agua de grifo calidad
suficiente?
Comida: ¿Qué comida se
sirve en los colegios? ¿Hay restaurantes vegetarianos
por los barrios? ¿Es fácil comprar alimentos ecológicos y de producción local?
¿Resulta más fácil comer una hamburguesa que un plato de legumbres? El Pacto de
Milán unió a muchas ciudades con el objetivo de fomentar una
alimentación sostenible: reducir el consumo de carne y el despilfarro de
alimentos, aumentar los mercados y facilitar los productos frescos, etc.
Ciudades
que ahorran electricidad y recursos: Aquí podemos incluir cientos de temas e
ideas, como por ejemplo:
- Antes de poner un
semáforo, hay que pensar si una rotonda es mejor (además de mucho más barata).
- Antes de poner
farolas, hay que pensar en cuántas poner, cómo ponerlas y cuándo encenderlas (no como hace
Málaga, un ejemplo de contaminación lumínica y despilfarro).
- Se ahorra dinero
contratando la electricidad municipal con alguna empresa de electricidad 100%
renovable, o incluso comprándola directamente en el mercado mayorista (el
ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid ahorra 400.000 euros al año de esta forma).
- Ofrecer agua
potable usando fuentes públicas y que los restaurantes y comedores ofrezcan
agua sin tener que pedirla (ambos son objetivos de la UE y ya es obligatorio, por ley, en
muchas partes de España, como Andalucía, Navarra, Baleares...). También podemos incluir aquí
si la ciudad tiene planes y conciencia para minimizar el consumo de agua.
- ¿Hay lugares para reparar lo
que se rompe, sea lo que sea (ropa, pequeños electrodomésticos...)? ¿Hay sitios
para comprar o intercambiar cosas de segunda mano?
Ciudades
que respetan su herencia cultural y natural: ¿Crecen en tu
ciudad los restaurantes de “comida rápida despilfarrando envases de un solo uso”?
¿Es fácil encontrar comida fresca y local? ¿Se respetan las playas, los ríos...
en definitiva, los monumentos naturales y los artificiales? Por ejemplo, el río Manzanares en Madrid pasó de ser un río medio muerto a
ser un río lleno de vida para peces, aves... En contraposición, aunque la desembocadura
del Guadalhorce está protegida en Málaga, el ayuntamiento destroza
Arraijanal, un reducto de costa natural que aún se mantiene sin
cemento.
Ciudades
que usan el suelo eficientemente y que no crecen sin medida: No está
justificado quitar espacio a la Naturaleza cuando la ciudad tiene muchos pisos
vacíos o edificios en ruinas. Hay que evitar que las ciudades crezcan a lo
ancho y se pudran por dentro. El ayuntamiento de Málaga, por ejemplo, ha sido acusado de querer despoblar el centro.
Ciudades
integradoras, amigas de los extranjeros y de los refugiados: Si nos pusiéramos
en la piel del inmigrante y del refugiado, entenderíamos porqué vienen y de qué
huyen. Por otra parte, una mala planificación puede generar también ciudades
turísticas incómodas para sus habitantes, lo cual produce la llamada turismofobia.
Las políticas municipales pueden hacer mucho para que la integración sea
enriquecedora para todos.
Si tras calcular la nota media entre
los puntos anteriores, la nota sale por debajo de 7, debes escribir a tu
ayuntamiento mandando este artículo y demandando lo que consideres pertinente.
Que lo sepan.
Nuestra ciudad la hacemos los
ciudadanos. No toda la responsabilidad la tienen los ayuntamientos y no
olvidemos que ellos hacen lo que los ciudadanos les dejan hacer.
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