Un despacho de abogados de Madrid da cobertura a la empresa adjudicataria:
es una sociedad sin actividad, inscrita para alquilar vehículos
Juan Carlos Martínez
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Instalaciones del aeropuerto de Ciudad Real |
¿Quién es Eduardo Martínez Pérez, el socio único de la sociedad
que se ha adjudicado el aeropuerto de Ciudad Real? Pues el procurador del
despacho de abogados Martínez-Ferrando y Calvo, en el
que está domiciliada –en la calle José Abascal de Madrid– Ciudad Real International Airport, la sociedad limitada
que, con un capital de 3.000 euros, ha sido elegida por el juez para quedarse
con el aeródromo manchego por 56 millones de euros.
En la página web de GJ
Martínez-Ferrando, Martínez Pérez, licenciado en Derecho por la Universidad
Complutense de Madrid, figura como único procurador del bufete en el que
colabora desde 2007.
Como actividad
principal, la sociedad adjudicataria del aeropuerto –que ha consignado 1,87
millones en concepto de aval por el 5% de la oferta– tiene como dedicación
principal el alquiler de vehículos con o sin conductor, incluidas las tareas de
reparación y mantenimiento, lavado y engrase, así como la compraventa,
importación y exportación de vehículos, componentes y accesorios. También presta
todo tipo de asesoría económica.
Solo en la presentación
de cuentas correspondiente al ejercicio 2014, firmadas por Martínez Pérez el
pasado 30 de marzo de 2015, según consta en el Registro Mercantil, se añade
que, como otros cometidos de esta sociedad, figuran la promoción y explotación
de infraestructuras en transporte terrestre, aéreo y marítimo, así como la
gestión de infraestructuras intermodales de transporte.
Sin ingresos, sin personal y con 2.500
euros de efectivo
En esas cuentas, la
sociedad certificaba que no tenía personal, que no tuvo ingresos, que contaba
con 2.481 euros en efectivo como único activo, y que su patrimonio neto era de
2.420 euros tras restar 590 euros de reservas a sus 3.010 euros de capital social.
Con estos parcos datos,
habrá que esperar unos días a que el juez haga pública la providencia para
conocer más detalles acerca del proyecto para gestionar el abandonado
aeropuerto y, sobre todo, quiénes están detrás del mismo.
Especulaciones sobre la identidad del
comprador
En Ciudad Real, las
especulaciones acerca de la identidad de los nuevos propietarios del aeropuerto
se han disparado, y no son pocos los que dan por hecho que la alargada sombra
de Domingo Díaz de Mera, uno de los antiguos socios de CR Aeropuertos, la promotora del aeródromo manchego,
podría estar detrás del último movimiento para volver a hacerse con las
instalaciones ya fuera del concurso y libre de deudas.
Desde que en junio de
2010 CR Aeropuertos entrara en concurso de acreedores, Díaz de Mera constituyó,
durante el verano de 2013, dos sociedades que dan pie a pensar sobre las
verdaderas intenciones del empresario manchego.
Movimientos societarios de Díaz de Mera
Primero, en julio de ese
año, creó Parque Tecnológico Aeronáutico del Sur, una sociedad
para promover y administrar un polígono industrial en los terrenos del
aeropuerto de Ciudad Real. Y después, en septiembre, ACR
Infraestructuras e Inversiones, una sociedad para realizar proyectos
de cara a la puesta en marcha de un aeropuerto. Tanto el socio único, Vista Asesoría e
Inversión, como su administrador, Marcelino Larrañaga,
han formado parte desde principios de siglo del entramado de empresas de Díaz
de Mera.
Tanto CR Aeropuertos -la
empresa propietaria del aeródromo participada por Díaz de Mera- como la CR
International Airport, ya siguieron, en junio de 2015, una estrategia conjunta
de cara a parar uno de los procesos de subasta que, a lo largo de los tres
últimos años, se han llevado a cabo.
Los antiguos propietarios, contra la
subasta
CR Aeropuertos pidió al
juez que se declarase desierta la subasta judicial, para proceder a la
contratación de una empresa especializada de reconocido prestigio para proceder
la venta. Bancos de inversiones o empresas conocedoras del sector que
posibilitarían la obtención de un mejor precio.
Entendía la sociedad
concursada que, al no decretarse un precio mínimo de salida en dicha subasta se
ponía en riesgo la obtención de al menos los créditos contra la masa generados
desde la declaración de concurso. Y cifraba ese precio mínimo en 40 millones de
euros, el precio de tasación de las instalaciones.
Segunda puja
Por su parte, Ciudad
Real Internacional Airport presentó un recurso en el que cuestionaba la
celebración de la subasta por no haber transcurrido el tiempo legal, de 20
días, de exposición de unas modificaciones introducidas en la subasta.
CR International Airport
no es la primera vez que pujaba por el aeropuerto. Lo hizo en diciembre de
2014, justo después de cambiar de denominación desde la inicial Transilvania IV, con una oferta de 80,4 millones de
euros, que fue desestimada por no poder aportar el aval de algo más de 4
millones.
Publicado en Economía Digital
(19-04-2016)
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