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Cartel electoral de Cospedal en las autonómicas de 2011 |
Desperezo la modorra y una lágrima negra cae
por mi mejilla. Una rara perla sin valor que brota con la misma espontaneidad con
la que se evapora. Nacida de un lagrimal agotado por tanto llanto silencioso a que
nos invita el mundo de nuestros días. Intento contraponer al dolor un punto de
alegría pero no lo consigo. Rebusco en mi interior y no encuentro motivos para reír.
Si acaso, consigo dibujar una mueca irónica en los labios según escucho a los portavoces
populares o leo a ciertos plumillas. “Missifuz”, el gato, se acurruca a mi lado
mientras leo y releo a Cervantes. “Goldy”, la labradora, clava su limpia mirada
en la mia en una comunión sincera en la que sobran las palabras. Mirándolos a
ambos no dejo de preguntarme sobre su “condición” animal.
En el siglo VI antes de la era cristiana existió
un poeta griego llamado Epiménides que aseguraba haber pasado cincuenta y siete
años durmiendo. Plutarco corrigió al mentirosillo aclarando que solo fueron
cincuenta. A mí me sucede algo parecido con el gobierno del PP. Se me hace tan
largo que es como si llevara más de medio siglo sumido en un profundo sueño del
que no consigo despertar. Un sueño tiznado de negras pesadillas que cabalgan a
lomo de declaraciones necias y falsas promesas. Epiménides acusaba a los
cretenses de ser unos mentirosos. La paradoja es que, el propio Epiménides, era
cretense. ¿Debíamos creer entonces sus palabras? Si algo define a un mentiroso
es que siempre hace aseveraciones falsas. Pero… ¿Dónde se esconde la verdad?
¿Acaso existe?
A la verdad le sobran los sofismas, los
guarismos, los silogismos envenenados en origen. La verdad se abre paso en el
emocionado abrazo de tus hijos, en los labios carnales que mordisquean los
amantes, en el gozo indescriptible de un bebé que se ríe ante las enajenadas
muecas de un adulto. Intentamos traducir con adjetivos o grandilocuentes frases
el sentimiento que nos producen los acontecimientos cotidianos. Convencer al
prójimo de que somos poseedores de la única realidad aunque ni nosotros mismos
la creamos. Monos irracionales y tramposos. Prepotentes homínidos parlantes.
¿Animales?
Hasta la ínsula aislada en la que yazco me
llegan aldabonazos de miseria. Un planeta hostil con tendencias autofágitas
abre su imaginaria boca para soltar un grito desgarrador. Millones de seres y
de especies sobreviven como pueden en pos de una muerte cierta, verdadera, de
la que nadie regresa para relatarnos que nos espera más allá de la carne
podrida y los gusanos. Fantasmagóricos árboles me mecen en sus ramas para
salvaguardar mi siesta de peripatético poeta, huérfano de versos y poemas. ¿Qué
es poesía? Y otra vez la mirada de Goldy, más humana que la mía, se clava en mi
pupila. Ya dijo Pessoa que el hombre no es animal (¡Ay quién pudiera!) sino
carne inteligente. Pero casi siempre enferma añado yo. Todo cuanto escribimos y
mentimos es igual que las flores iluminadas por la luz. Dependiendo de los ojos
que las miran cambian los matices pero, en realidad, no quieren decir nada.
Solo son lo que son. Flores de un día.
La felicidad como sentimiento único no existe
en Barataria. Cohabita con el dolor y el sufrimiento. Igual que no se puede
entender la noche sin el día. Ser feliz constantemente es como ser
constantemente idiota. También el sol se entierra en el ocaso para cubrirse con
un manto de negrura. Para dormitar y olvidar las amarguras que ilumina. También
el sol se está muriendo. Es el destino de todas las estrellas. Pero al
contrario que nosotros no necesita edulcorar su suerte con mentiras.
Tengo la certeza de que en el PP, como Epiménides,
no se han enterado de las reglas naturales. Instalados en su negacionismo
sistémico interpretan los hechos según su conveniencia y retuercen la verdad
para seducir incautos votantes. No importan las muertes de dependientes, el
sufrimiento de parados o desahuciados, el hambre de los niños. Hay que criticar
las medidas dirigidas a reparar los daños de sus políticas, y en la tarea
cuentan con Plutarcos (plumillas) que maquillan los exabruptos hasta parecer
verdades a fuer de repetir mentiras.
Cañizares, Núñez o Guarinos, como Epiménides,
aseguran haber dormido cincuenta y siete años durante la legislatura de
Cospedal y, tras desperezarse, advierten que los presupuestos aprobados por
PSOE y Podemos para 2016 son antisociales y una estafa. Los comparan con los de
su letargo y presumen que aquellos eran sociales y creadores de empleo. La
realidad es tozuda señores del PP. Lo máximo que hizo el gobierno Cospedal por
el empleo fue un cartel con el lema: “¿Buscas empleo? El 22 de mayo VOTA
Partido Popular”. El carácter social de aquellos presupuestos pueden
preguntarlo a la Plataforma Ley de Dependencia de Castilla La Mancha.
Lo más contradictorio de sus declaraciones es que van a
presentar enmiendas para que los Presupuestos se ajusten a los compromisos
electorales de PSOE y Podemos. ¿En qué quedamos? ¿Aquellas propuestas eran
bolivarianas pero ahora son partidarios de que se apliquen…? Cañizares, Núñez y
Guarinos no se han disfrazado de Epiménides, el personaje lo traían de serie.
Plumaroja
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