miércoles, 10 de febrero de 2016

En apoyo a la profesora Mirta Núñez

Crónica Popular ||

Los historiadores Paul Preston, Ian Gibson, Josep Fontana, Ángel Viñas y David Ruiz han suscrito, al lado de 458 firmantes, un Manifiesto de Apoyo a Mirta Núñez Díaz-Balart, profesora titular de Historia de la Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid y Directora de la Cátedra de Memoria Histórica de la UCM, “objeto estos días de un ataque ideológico procedente de sectores contrarios a la reivindicación de la memoria histórica democrática”, en el que se han destacado algunos dirigentes del PP, como Esperanza Aguirre, y varios medios situados en la derecha política. Los intelectuales que firman el Manifiesto afirman que “la profesora Núñez Díaz-Balart cuenta con el reconocimiento de la comunidad universitaria, y un prestigio ganado con honestidad y competencia intelectual que los sectores más reaccionarios intentan manchar emponzoñandolo de la manera más miserable”.
V Homenaje a las víctimas del franquismo en Madrid, abril 2011 | Foto: Tomas Montero
V Homenaje a las víctimas del franquismo en Madrid, abril 2011 | Foto: Tomas Montero
Al lado de Preston, Gibson, Fontana, Viñas y Ruiz, entre los firmantes del Manifiesto se encuentra un amplio número de historiadores como Francisco Erice, François Godicheau, Ángel Bahamonde, María Rosa de Madariaga y Francisco Espinosa, los profesores Carlos Berzosa, ex rector de la UCM, Enrique Bustamante, Juan Torres, Vicenc Navarro, Ángeles Díez, Juan Sisinio Pérez Garzón, Jaime Pastor, Itziar Ruiz-Gímenez, Asunción Bernárdez, José Manuel Paredes, Juan Carlos Monedero, Jorge Reichmann y Juan José Tamayo, los escritores Rosa Regás, Marta Sanz, Sara Rosenberg, David Becerra, Ricardo Gómez, Angelina Gatell y Marcos Ana, el director de teatro y ensayista Juan Antonio Hormigón, el filósofo Javier Sádaba, la editora Lourdes Lucía, los actores Amparo Climent, Inma Cuesta, Fernando Marín y Alberto San Juan, los músicos Elisa Serna y José María Alfaya, los artistas plásticos Eduardo Arenillas y Ángel Aragonés, los periodistas Teresa Aranguren, Mercedes Arancibia, Elvira de Miguel, Pascual Serrano, Jordi Gordon, José Manuel Martín Medem, Enriqueta de la Cruz, Ramón Pedregal, Ángel Pasero, Ginés Fernández González. Director de Mundo Obrero y Rodrigo Vázquez de Prada, director del semanario Crónica Popular, los economistas Pedro Montes, Jesús Gago y Antonio Gallifa, los abogados Cristina Almeida, Lidia Falcón, Virginia Díaz, José Antonio Moreno, Ana Messuti y Carlos Slepoy, impulsores de la querella argentina, así como José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, y Carlos Jímenez Villarejo, ex fiscal Anticorrupción, s), varios miembros del Colectivo ANEMOI (militares republicanos), Jaime Ruiz, presidente de AMESDE, Emilio Silva, presidente de la ARMH, Jacinto Lara, presidente de la Asociación de Derechos Humanos, María Garzón, presidenta de la Fundación Baltasar Garzón, Javier Moreno, presidente de la Asociación Foro por la Memoria, Juan Ramón Sanz, presidente de la Fundación Domingo Malagón, Francisco González de Tena, presidente de la Federación Coordinadora X-24 (Niños robados), Enric Garriga Elies, presidente de Amical de Mauthausen, Carlos Villán, presidente de la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Víctor Díaz Cardiel, de la Plataforma contra la Impunidad del franquismo, y. Y, junto a ellos, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, los eurodiputados Paloma López (IU), Ángela Vallina (IU) y Miguel Urbán (Podemos), y el diputado de la Asamblea de Madrid, Raúl Camargo (Podemos).
Mirta Núñez Díaz- Balart se doctoró en 1989 en Ciencias de la Información con una tesis realizada en seis volúmenes en torno a La Prensa de guerra en la zona republicana durante la guerra civil española, que dirigió el catedrático e historiador del Periodismo español José Altabella, y fue editada en 1992. Asimismo, es autora de los libros Javier Bueno, un periodista comprometido con la revolución(1987), Mujeres caídas: prostitutas legales y clandestinas en el franquismo (2003), Los años del terror; la estrategia de dominio y represión del general Franco (2004), La disciplina de la conciencia: las Brigadas Internacionales (2006), y coautora con Antonio Rojas Friend de la obra Consejo de guerra : los fusilamientos en el Madrid de la posguerra, 1939-1945 (1997), que reproduce dibujos de José Robledano, un reputado pintor e ilustrador de publicaciones y militante socialista que, en los años de la II República, fue Secretario, Vicepresidente y Presidente de la Prensa de Madrid y que permaneció encarcelado por el franquismo hasta 1944.
El Manifiesto recuerda que la profesora Mirta Núñez Díaz-Balart “ha sido reclamada por el Ayuntamiento de Madrid para la elaboración de un plan de actuaciones en materia de memoria histórica, (…) “algo normal en el mundo universitario” aunque, con mucha frecuencia y al igual que en este caso, “otros especialistas han sido acosados, mediante ataques personales desde medios afines a la ideología que agrede e incluso mediante querellas que en la mayoría de los casos son archivadas”.
Por ello, el Manifiesto denuncia que “la libertad intelectual es así acosada por sectores que intentan intimidar a periodistas, historiadores, abogados y otros especialistas que comprueban día a día que la memoria histórica democrática es terreno minado en este país, un país con un monumento megalómano que ensalza a un dictador (Valle de los Caídos), con miles de placas que siguen homenajeando a los que se alzaron con un golpe de Estado contra un gobierno democrático y libremente elegido por el pueblo español, con más de cien mil desaparecidos en fosas comunes -España ostenta el vergonzoso récord de ser el segundo país del mundo en número de desaparecidos-, con una trama de bebés robados que se prolonga hasta los años noventa y que hunde sus raíces en los atropellos del franquismo, con torturadores y colaboradores del régimen franquista que tienen medallas concedidas en plena democracia, y con un desprecio olímpico a los cientos de miles de víctimas de violaciones masivas de derechos humanos producto de prácticas de terrorismo de estado durante cuatro décadas”.

EN APOYO A LA PROFESORA MIRTA NÚÑEZ DÍAZ- BALART
Los abajo firmantes queremos hacer constar nuestro apoyo a la historiadora Mirta Núñez Díaz-Balart, profesora de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y Directora de la Cátedra de Memoria Histórica de esta universidad, objeto en estos días de un ataque ideológico procedente de sectores contrarios a la reivindicación de la memoria histórica democrática. La profesora Núñez Díez-Balart ha sido reclamada por el Ayuntamiento de Madrid para la elaboración de un plan de actuaciones en materia de memoria histórica. Esto es algo normal en el mundo universitario, que es requerido por empresas y poderes públicos para asesorar en multitud de temas en base a los conocimientos especializados de profesores e investigadores. En algunos casos, y ocurre con mucha frecuencia en materia de memoria histórica, estos especialistas han sido acosados, mediante ataques personales –como se da en este caso- desde medios afines a la ideología que agrede e incluso mediante querellas que en la mayoría de los casos son archivadas.
La libertad intelectual es así acosada por sectores que intentan, en materias como ésta, intimidar a periodistas, historiadores, abogados y otros especialistas que comprueban día a día que la memoria histórica democrática es terreno minado en este país. Un país con un monumento megalómano que ensalza a un dictador (Valle de los Caídos), con miles de placas que siguen homenajeando a los que se alzaron con un golpe de estado contra un gobierno democrático y libremente elegido por el pueblo español, con más de cien mil desaparecidos en fosas comunes -España ostenta el vergonzoso récord de ser el segundo país del mundo en número de desaparecidos-, con una trama de bebés robados que se prolonga hasta los años noventa y que hunde sus raíces en los atropellos del franquismo, con torturadores y colaboradores del régimen franquista que tienen medallas concedidas en plena democracia, y con un desprecio olímpico a los cientos de miles de víctimas de violaciones masivas de derechos humanos producto de prácticas de terrorismo de estado durante cuatro décadas.
La investigación y las políticas públicas en materia de memoria histórica democrática deben proseguir, no es aceptable el olvido y el silencio que pretenden los herederos del franquismo; por el contrario,  la población española tiene derecho a conocer su historia, y el Estado tiene el llamado por las Naciones Unidas deber de memoria. La profesora Núñez Díaz-Balart cuenta con el reconocimiento de la comunidad universitaria, y un prestigio ganado con honestidad y competencia intelectual que los sectores más reaccionarios intentan manchar emponzoñando de la manera más miserable. Todo nuestro apoyo.

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