domingo, 16 de diciembre de 2018

LA ESTRECHA RELACIÓN ENTRE EL FASCISMO Y EL MUNDO DEL TOREO

Rivera Ordóñez fotografiado son simbología fascista 
Las principales figuras del toreo español pusieron sus espadas al servicio de la causa fascista en 1936.
Recientemente, el torero Francisco Rivera se ha fotografiado en un bar decorado con símbolos franquistas haciendo exaltación de un régimen totalitario y genocida. Juan José Padilla ha lucido en los ruedos la bandera española con el águila franquista. Morante de la Puebla, Ortega Cano y otros toreros muestran sus simpatías por VOX y es que parece que siempre existió una estrecha relación entre el fascismo y el mundo del toreo.
El 16 de Agosto de 1936, el teniente coronel Alberto Bayo desembarca con 6000 milicianos en la Isla de Mallorca y conquista el pueblo de Puerto Cristo con tropas republicanas. Días después cercan Manacor y se sitúan a dos kilómetros. En ayuda de esta población, tomada por los golpistas, no solo va la Falange y un cuerpo expedicionario de fascistas italianos mandados por el siniestro Conde Rossi, allí estaban los toreros Juan Belmonte y José Ignacio Sánchez Mejías (hijo de Ignacio Sánchez Mejías) dando capote y espada en el ruedo de la plaza de Palma de Mallorca, el 12 de Septiembre, en apoyo de la causa fascista Mallorquina.
El 3 de Enero de 1937, al son del himno nacional de la Italia fascista, se celebra un festival taurino a beneficio de Falange Española de Sanlucar de Barrameda, donde Sánchez Mejía y Juan Belmonte también intervienen. El 25 de Mayo, el primero torea en Córdoba a favor de las tropas franquistas del frente sur. El 16 de Julio de 1938, Sánchez Mejía torea en la isla de San Fernando en honor del ejército franquista y el 30 de Noviembre lo hace para los mandos de su regimiento de artillería.
En Cervera del Río Alhama, en la Rioja, el 25 de Julio de 1936, sin que existiera resistencia al golpe de estado, los golpistas obligaron al Ayuntamiento a celebrar las fiestas del pueblo y dos corridas de toros, y tras ellas fueron fusilados varias decenas de simpatizantes y militantes del Frente Popular por las milicias Carlistas, a pesar de la oposición del párroco local. Tras la batalla de Brihuega (1937), el Ejército Popular de la Republica capturo diverso material de guerra a los franquistas y entre las armas usadas había banderillas.
El 19 de julio de ese mismo año era arrestado en Salamanca el diputado socialista José Andrés y Manso, y días después fue toreado y torturado por señoritos salmantinos. Finalmente sería fusilado. En Febrero de 1938 se publican las memorias del torero Marcial Lalanda, que aparte de declararse falangista y afilarse a Falange, arremete contra el Frente Popular al que culpa de su abandono progresivo del arte de matar toros. El 17 de Julio de 1938 se lidian varios toros del ejército franquista de Aragón en Zaragoza y el 19 de Agosto de 1938, se dio una corrida de toros para soldados y oficiales Nazis alemanes en Algeciras. Con el segundo aniversario de la ocupación franquista de Málaga, Queipo de Llano presidio una corrida de toros el 8 de Febrero de 1939.
En la zona sublevada eran frecuentes las corridas de toros, en la del Frente Popular tuvieron su auge en Madrid y Barcelona entre Agosto y Octubre de 1936 y fueron desapareciendo paulatinamente. En julio de 1937, por voz del teniente coronel Ortega, la republica proyecta prohibir todo espectáculo que tenga como base las apuestas y limita las corridas de toros a las becerradas que tengan como único fin finalidades benéficas, en una campaña de moralización de la retaguardia.
Manolete junto a Franco, los hermanos Domecq y otros toreros
De las figuras del torero, el más pro fascista era Manolo Bienvenida, uno de los primeros en aparecer en el ruedo con el saludo romano, que en la corrida del 27 de Mayo de 1937, en beneficio del auxilio social en Salamanca, donde mato un toro, hizo ostentación José Antoniana. Otro era Domingo Ortega, que al casarse con Carmen Ruiz y Pla se convierte en Marques de Amboage y grande de España y deja atrás su condición de obrero, pero su título no le valió para eludir el servicio militar y tuvo que incorporarse a filas del ejército Franquista en Noviembre de 1938. Ortega y Lalanda solicitaron durante la guerra ir a torear a México, pero el gobierno antifascista de ese país no les dio permiso para ello. El primero se pasó a zona franquista en un viaje a Francia y aprovecho para incorporarse a las filas golpistas. El famoso Manolete sirvió en la artillería franquista, con la que bombardeo zonas de Córdoba y Extremadura. Juan Belmonte, que se posicionó después de alguna duda con los golpistas, se instaló en Sevilla y, en Febrero de 1937, el mismísimo Queipo de Llano le multó con cincuenta mil pesetas porque se le encontró en su finca con un libro de poesías de Luis de Tapia, republicano convencido además de humorista y periodista. No sabemos si al sádico de Queipo le irrito más el autor del libro o que el torero leyera versos.
Estos toreros celebraban la fiesta nacional en Burgos desde principios de noviembre de 1936. Organizaban una corrida en la que, exceptuando Marcial Lalanda resentido en la pierna por su paso por el frente de Talavera, toreaban Manuel Bienvenida, Domingo Ortega, Luis Fuentes Bejarano y el falangista Pepe Amorós, luchador con los golpistas en el Alto del León. Lo más granado del toreo español ya jubilado se situó en la tribuna apoyando el evento, como Ricardo Torres “Bombita”, Rafael Guerra “Guerrita” y Rafael González “Machaquito”. El dinero recaudado se destinó a comprar ropa de abrigo para el ejército fascista. Quizás el piloto republicano que bombardeo la plaza de toros de Burgos el 9 de Mayo de 1937 se acordó de los astados que murieron ese día y de que mientras cundían los aplausos al torero, en el penal burgalés morían como animales los presos republicanos. El 7 de Febrero de ese año, FE-JONS organiza una corrida para recaudar fondos económicos para el frente de guerra en Sevilla. En el cartel están los Lalanda, Belmonte, Sánchez Mejía y Ortega.
Se cuenta que el 14 de Agosto de 1937, para conmemorar el primer aniversario de la conquista sangrienta de Badajoz por los paramilitares y Legionarios del coronel Yagüe, en la plaza de toros del municipio, que fue campo de concentración tras la ocupación y escenario habitual de matanzas a republicanos, se fusiló a 17 miembros del Frente Popular.
El Jueves 5 de Abril de 1939 los toros regresan a Barcelona, en la plaza están Marcial Lalanda, Juanito Belmonte y Manolete para volver a su lucrativo negocio de torturar animales.
Recordemos que el talante conservador de las figuras del toreo español viene de largo, en Noviembre de 1905, el matador Luis Mazzantini, se enfrentó en las urnas a Pablo Iglesias y Francisco Largo Caballero en las elecciones a concejal del Ayuntamiento de Madrid por el distrito de Chamberí. Luis Mazzantini, devoto monárquico, llegó a Gobernador civil de Guadalajara.
A la historia pasó también el gesto de los obreros de la ciudad francesa de Beziers, que el 10 de mayo de 1937 se concentraban frente a la plaza de toros para boicotear la corrida porque los toros sacrificados habían sido comprados en territorio golpista. Después marcharon en manifestación cantando la internacional en apoyo al bando republicano.
No nos sorprende que los toreros actuales sueñen con devolver a España al siglo pasado. Ellos, como quienes les antecedieron, creen que solo el fascismo les garantiza el apoyo a una tradición que cada año pierde decenas de miles de espectadores y solo es viable por el apoyo de televisiones públicas e instituciones que se nutren de nuestros impuestos.

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