Albert Rivera saluda a Manuel Fraga, fundador de AP A tenor de los resultados de las elecciones andaluzas, los medios de comunicación y la opinión pública han puesto el foco en la notable irrupción de Vox en el Parlamento andaluz. Visto con retrovisor, parece que el lleno del Palacio de Vistalegre del pasado octubre por parte de los ultraderechistas anticipaba que lo ocurrido este domingo en Andalucía no es un mero accidente electoral, sino una tendencia global en aumento, reveladora de las peores pulsiones existentes en la sociedad. El odio, la frustración y el miedo son instrumentalizados demagógicamente por partidos que carecen de programa electoral (el de Vox en Andalucía solo tenía seis páginas) y que apelan al electorado para que vote y se movilice frente a esto o contra aquello. Lo preocupante es que el discurso de la extrema derecha no solo lo han apoyado en las urnas los “convencidos” de antemano, sino que también ha logrado captar el voto de una significativa y heterogé...