Supongo que solo soy un patético coletazo de lo que Labordeta definió como la izquierda depresiva española . Parafraseando a Cánovas, soy de izquierdas (y manchego) porque no puedo ser otra cosa. Para mí no se trata de la adhesión a un partido político o a una doctrina ideológica concreta. Ser de izquierdas es una actitud ante la vida, que nace intuitivamente y, si se riega, se desarrolla con el tiempo. Una necesidad moral de contribuir, en la medida de lo posible, a que todo ser humano tenga derecho a un planeta habitable, un trabajo digno, una sanidad pública y de calidad, una educación pública y de calidad, una vivienda…, y, por supuesto, a la paz y a la libertad. ¿Les parece esto raro o pervertido? Nací en tiempos en los que uno se definía de izquierdas con aplomo, sin rastro de sonrojo. Como una cosa lleva a la otra, con los años y el conocimiento me fui enredando con movimientos que enriquecían mi enfoque marxista de la sociedad: ecologistas, pacifistas, feministas o en def...