El relevo de Patricia
Morales al frente de la dirección de Informativos en Castilla-La Mancha TV,
junto al subdirector Francisco Madinabeitia, no es sino el principio de una
profunda reestructuración que llevará aparejados en los próximos días nuevos
ceses y fichajes, todos con el objetivo de “hacer
lo necesario” para su cómoda privatización.
Tanto Morales como Madinabeitia se han despedido de sus colaboradores más
directos con mensajes de agradecimiento. Ambos están "muy afectados, aunque se han esforzado por no exteriorizarlo, ha sido
una defenestración en toda regla", se comenta por los pasillos de los
estudios. Lo han hecho tras habérseles notificado el cese justo unos minutos
antes de que Nacho Villa, director general y brazo ejecutor de Cospedal en RTVCM,
presentara al nuevo coordinador de contenidos informativos, contratado para ocuparse
con “mayor acierto” de la información política.
Hace unos días se nos afirmaba que iba a complementar, "pero no a sustituir de ningún modo"
a la directora, aunque todo indica que Nacho Villa había decidido prescindir del
bien hacer de Patricia Morales y
destinarla en exclusiva a reavivar la tertulia que pasará a diaria, objetivo
más que dudoso a la vista de las malas audiencias cosechadas en la cita
semanal: apenas un 2% de cuota de pantalla. Queda por ver cómo responde el
padre de la afectada y si no se pasa a las filas de los “alcaldes en guerra
contra Cospedal”.
Según fuentes sindicales una vez abierta la caja de los truenos las fichas
irán cayendo como piezas de dominó. En realidad, el origen de los cambios radicales
en el ente se debe en buena medida a los bajos índices de audiencia de la televisión
regional y al descontento en el PP de Cospedal por el tratamiento informativo
en algunos asuntos delicados. Tanto es así que la “cesada” directora de informativos rogaba a los jefes de área que
cuidasen al máximo las piezas para que gustaran en Fuensalida. Lo hacía con
desesperación para evitar lo que al final ha sido inevitable: su cese motivado
por la falta de capacidad para las tareas encomendadas. Esta exhortación,
"ya casi desesperada", no
le ha servido de mucho porque apenas seis días después Nacho Villa ha optado
por desdecirse y dar un giro radical al tratamiento de la información regional,
nombrando a José Eduardo Medina, “jefe” encargado de contar las bondades del
gobierno Cospedal.
ESCENARIO DE LAS DISPUTAS CORTESANAS
En círculos políticos toledanos se apunta que la televisión regional se
está convirtiendo en el escenario de las disputas cortesanas entre las
distintas familias populares y que ello dificulta la tarea de contar lo que
pasa en las calles de los pueblos y ciudades de Castilla-La Mancha. Con la
salida de Jesús Labrador, tras los desencuentros públicos con algunas
organizaciones sindicales próximas al partido popular, y también de Diego Valle,
-oficialmente por una operación quirúrgica, aunque en el entorno familiar
aseguren que su estado de salud es bueno-, los distintos departamentos están
viviendo "una segunda renovación",
con salidas y entradas de distintos cargos de confianza cuyo efecto es que
algunas personas nombradas hace apenas medio año ahora caigan en desgracia. Ante
este panorama de provisionalidad absoluta nadie puede estar tranquilo en el
ente público. "Del Rey abajo,
ninguno, se podría decir con propiedad porque si las audiencias no remontan y
el descontento generado en la Junta no mengua, es muy probable que ni siquiera
el propio Nacho Villa se coma el turrón al frente del equipo".
Sin embargo nuestra opinión es bien distinta, pues consideramos que Patricia
Morales no reunía el perfil adecuado para un puesto de tanta responsabilidad. Con todo el respeto, porque no es cuestión
de hacer leña del árbol caído -y ya quisiéramos muchos que nuestra caída fuera
tan mullida económicamente hablando-, no se puede dar el salto de “becaria” a directora
de informativos en un abrir y cerrar de ojos sólo por mucho que tu padre sea
alcalde y tenga cierto peso en la dirección provincial del PP toledano.
Lo peor está aún por llegar porque Nacho Villa no permitirá obstáculos en
la tarea de “endulzar” la cadena regional para su atractiva privatización. Todo
es añoranza en el ente y unos echan de menos a los recientemente cesados, los más
echan de menos a los primeros ceses, y el viraje ideológico es travesía por la
manifiesta incapacidad de quienes lo pilotan, empezando por el propio Villa. De
momento su gente tiene vía libre para informar al gusto de Fuensalida y puede
que terminen haciendo buenos a Morales y Madinabeitia dados los precedentes con
que Villa llegó a RTVCM. El monaguillo tomó posesión del cargo proclamando a
boca llena su apuesta por la pluralidad, acusando sin prueba alguna a Candau de
censurar las críticas al PSOE, y en pocas semanas hemos prohibido el uso de
palabras como “recortes” y a pasar de puntillas sobres temas espinosos como el
Trasvase o el almacén de residuos nucleares (ATC).
¿Quién SERÁ EL PRÓXIMO?
Ahora todos los focos apuntan al inminente relevo en la dirección de antena
ocupada por Jorge Pérez Vega. El periodista talaverano es veterano en la casa
pues fue editor en la televisión regional con Bono y Barreda de presidentes, responsabilidad
que dejó para incorporarse a la dirección de España Directo, producido por
Mediapro. Su retirada de la parrilla en TVE y la amistad con Patricia Morales
le animó a volver a su antigua casa. El hecho de que se lo vincule con Morales
en el organigrama que ahora Villa quiere descabezar hace que todas las miradas
se dirijan a este periodista aficionado a los deportes extremos y las emociones
fuertes. Donde los cambios se producirán con toda seguridad es en la redacción
de informativos, pues Medina tiene que nombrar a un segundo de a bordo que a su
vez remodelará el cuadro de editores y responsables de área.
Y todo en medio de la inquietud lógica del Comité de Empresa que ha
denunciado que, en una época de austeridad, la radiotelevisión regional ha
incorporado ya a más de un centenar de profesionales en régimen de autónomo,
aunque prestan los mismos servicios que cualquier empleado indefinido.
Incorporaciones laborales que se producen después del despido improcedente de
los periodistas Fernando González e Ismael Higueras, a los que la empresa dijo,
entre otras razones, que los consideraba cargos
de confianza del anterior Ejecutivo por las tareas que habían desempeñado.
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