Aún
pendiente de su debate parlamentario pero legalmente aplicable tras su
publicación vía Decreto Ley, la nueva reforma laboral parece tener una
influencia decisiva en la evolución del conflicto en Silicio Solar, y ello pese
a que la empresa ha expresado a los sindicatos su intención de continuar
negociando en las condiciones previas a su aprobación.
Lo
cierto es que a las reuniones convocadas los días 16 y 17 de febrero asistieron
todos los sindicatos representados en el comité de empresa. Ya no importa que
las reuniones se celebraran en Madrid, motivo de rechazo hasta ahora. Por fin,
lo verdaderamente importante es conocer el proyecto que el Grupo Pillar tiene
para el centro de trabajo de Puertollano y cómo pueden influir en sus planes
los representantes sindicales.
Llegar
hasta aquí ha costado demasiado y ha abierto una brecha insalvable entre algunos
de los sindicatos representados en el comité de empresa. Claro que las
rencillas vienen de lejos y tienen más que ver con la concepción en la que CGT
sostiene su acción sindical. También tiene su peso en esta división que el
sindicato de inspiración anarquista no oculte su prioridad de crecer a costa de
desgastar a los sindicatos de clase. Para el conflicto en Silicio Solar el ejemplo
a seguir debería ser SOLARIA donde, en apenas dos semanas se ha cerrado el
acuerdo para la aplicación de un ERTE modificando sustancialmente la propuesta
inicial de la empresa. Claro que en esta empresa no hay representación de CGT y
nadie bloquea la negociación. El resultado: nadie ha perdido su empleo.
Por
el contrario, en Silicio Solar el ambiente es irrespirable y los incidentes de
hace dos semanas fueron la gota que colmó el vaso y estuvieron a punto de
provocar desgracias personales. Solo la presencia de una docena de cuadros y
afiliados a CCOO evitaron que un grupo de exaltados agredieran a dirigentes de
este sindicato; la furia la descargaron contra la sede de UGT, donde una “asustada
y amenazada” trabajadora no pudo evitar la rotura de varios cristales. Pero estos
incidentes han tenido el efecto contrario al que esperaban sus inspiradores:
han fortalecido la unidad de acción entre los sindicatos de clase y ha animado
a las direcciones de CCOO y UGT a asumir más protagonismo en la solución del
conflicto y evitar que se enquiste más de lo que ya está.
Días
después de estos desagradables incidentes CCOO reunía a medio centenar de
afiliados en Silicio para someter a su consideración la intención de negociar
el ERE y el resultado fue abrumadoramente partidario de la negociación, solo hubo
cuatro votos en contra y una abstención. Respaldados por el apoyo de sus
afiliados los dirigentes de CCOO enviaron un escrito a UGT, CTI y SIS para
invitarles a una acción sindical conjunta frente a los planes de la empresa.
De
las reuniones mantenidas los días 16 y 17 se pueden obtener dos conclusiones
importantes:
·
Quedan
completamente desmentidas las acusaciones vertidas contra los sindicalistas de
CCOO y UGT que habían asistido a los primeros encuentros con la empresa puesto
que hasta la fecha solo se habían producido contactos para conocer en primera
persona los planes de la empresa. La negociación será oficial una vez que la
empresa tome la decisión formal de presentar el ERE y se inicie entonces el
periodo de consultas. Quienes han venido criminalizando a sus compañeros quedan
pues desautorizados ante la verdad de los hechos.
·
Aun
con la posibilidad de aprovechar las ventajas de la nueva reforma, la empresa
se reafirma en la intención de negociar con las premisas de la legislación anterior.
Esta intención muestra claramente que la empresa está en un nuevo “talante”, -puede
que el rol asesor que desempeña Carlos Relancio tenga mucho que ver-, y que la inquebrantable
responsabilidad que muestran los sindicatos de clase empiezan a dar sus frutos.
En
lo concreto, es importante que los trabajadores sepan por boca de sus
representantes que la autoridad laboral ha admitido la ampliación del ERTE por
un periodo de tres meses, lo que concede un plazo suficiente para encontrar
soluciones negociadas, y que la empresa sigue teniendo dificultades para
encontrar la liquidez que le permita abonar las cantidades pendientes a la
plantilla. Un clima de crispación no facilitará a la empresa encontrar la
liquidez y la podría llevar a la inevitable bancarrota.
¿Cómo
abordar esta difícil situación? Los trabajadores de Silicio Solar tienen ante sí
la dura elección de jugar una partida en la que el rival parte con la ventaja
de tener un as en la manga: la nueva reforma laboral. Que la empresa decida
aplicar el ERE unilateralmente o negociando va a depender de lo que ellos
acuerden y mandaten a su comité de empresa. Si optan por la confrontación, la empresa
conseguirá que le aprueben el ERE con una indemnización de 20 días y un tope de
24 meses acreditando que lleva más de 9 meses en perdidas y está en pre-concurso
de acreedores. Conseguirá además que la plantilla restante se ajuste a las
condiciones salariales impuestas por la dirección y que el número final de empleos
amortizados no sea reducido por los representantes sindicales. En el modelo de
la confrontación, tras unos pocos días de movilización, los trabajadores aceptaran
la “derrota” y volverán al tajo con la cabeza agachada. Entretanto, unos pocos
habrán tenido su minuto de gloria jugando con el empleo y los derechos de
centenares de familias.
Pero
hay otro camino a la izquierda: el camino de combinar acertadamente
movilización y negociación. Desde luego, si la unidad no se hubiera quebrantado
y se hubiera administrado convenientemente la movilización las opciones serian ahora
distintas porque los trabajadores no estarían agotados y divididos. Aun así
toca llamar a la unidad responsable y en los nuevos tiempos será decisiva la posición
que adopte CTI.
Si
CTI se suma a la voluntad negociadora de CCOO y UGT se dará un paso decisivo en
la solución del conflicto y en el mantenimiento de centenares de empleos. Queda
un largo camino por recorrer pero la meta merece la pena: reducir sustancialmente
el recorte de plantilla propuesto por la empresa, ajustar la organización del
trabajo a un modelo competitivo y sostenible y preservar las condiciones
laborales establecidas en el actual convenio.
La
labor de los sindicatos no solo será decisiva para quienes continúen trabajando,
también lo serán para quienes lamentablemente pierdan su empleo. La negociación
del ERE debe garantizar la más alta indemnización posible, 45 días si es
posible, y un ambicioso plan de recolocación en otras empresas del grupo o
empresas del sector. También es importante acordar un ambicioso plan de bajas
incentivadas y prejubilaciones que minimicen los efectos más duros del ERE.
Si
los trabajadores tienen dudas sobre el camino a elegir solo tienen que mirar
fuera y ver como CEOE de Ciudad Real despedirá a la mitad de sus empleados con
una indemnización de 20 días y rebajará el salario un 30% a quienes continúen trabajando,
otro tanto ocurre en el hotel HUSA de Madrid o en el Ayuntamiento de Los Barrios. Son
las primeras víctimas de esta reforma pero no serán los últimas. Esperemos que
no estén entre ellas los trabajadores de Silicio Solar.
Marcel Félix de San Andrés
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