Cada día es más difícil aguantar un telediario completo o
pasar de la portada de un periódico sin que el rubor, cuando no la indignación,
nos ponga la cara colorada. Sin embargo, los grandes plumillas viven felices
comiéndose la gallina de los huevos de oro. Justifican su egoísmo con el mismo
argumento que los aguatenientes manchegos: “para que riegue el vecino su viña,
riego yo la mia”, y pasan el día de tertulia en tertulia para engordar su
cuenta corriente y les resulte más llevadero el oficio de bufón de la corte.
Hacer de quitaverguenzas a la casta dominante conlleva disfrutar gratis de sus fiestas
y clubs de campo y recibir premios a la profesionalidad otorgados por iletrados
propietarios de medios de comunicación, cuando no delincuentes condenados, al
servicio de la canalla gobernante.
Aquí,
en Castilla La Mancha, se veía venir y los peores temores se hicieron realidad.
Cospedal estaba dispuesta a cobrarse presuntas afrentas pendientes (la bien pagá, cunera…) con el cierre
masivo de medios. Un ensañamiento cruento contra los medios de
comunicación que ha situado a nuestra región a la cabeza en la desaparición
masiva de medios de comunicación y el control absoluto de los escasos medios
supervivientes. Desde su llegada al poder una treintena de periódicos, radios y
televisiones independientes o no pertenecientes a la órbita mediática del PP se
vieron abocados al cierre y despedir a centenares de profesionales que han
perdido sus empleos ante la sonrisa complaciente de la ultraconservadora
emperatriz de Barataria. Y, frente a tales desmanes, el silencio cómplice de
los medios colaboracionistas y la rodilla genuflexa de los que se dicen
“periodistas”.
Pero
la estrategia de Cospedal iba más allá de los cierres y buscaba el cese de
directores cuando,
por su estructura suprarregional, el chantaje económico y la presión no eran
suficientes para cerrar un medio de comunicación. Así, cuando la asfixia
económica fue insuficiente para inducir a su desaparición se maniobraba para
cambiar a directores que no le eran simpáticos, como fue el caso de Jesús Moreiro,
responsable de Cadena Cope Castilla La Mancha, quien a pesar de presentar unos
inmejorables balances económicos y de audiencia fue trasladado a Asturias. Parecidas
circunstancias vivió el director regional de La Tribuna, Guillermo Alonso, con traslado
forzoso a Valladolid y su sustitución por el converso Antonio Pérez Henares,
alias “Chani”, que además hace de palanganero de Marhuenda y La Razón. Lo mismo
se puede aplicar al director de Cadena Ser, Tomás García de la Torre, que, tras
una brillante década al frente de la emisora y más de veinte años en la casa,
fue despedido coincidiendo con la llegada de Cospedal a la Presidencia de Castilla
La Mancha. Unos meses después también fue amortizado su sustituto Domingo
Camacho, un gran profesional que tampoco era del gusto de los nuevos jerarcas
de Fuensalida y fue trasladado a otra franquicia. Sospechosos movimientos y
caídas en desgracia de profesionales al que hay que sumar el cese del que fue
durante veinte años director regional de informativos de Onda Cero, Juan Carlos
Santos, hoy obligado a hacer pasillos o cubrir las ruedas de
prensa sin preguntas que tanto gustan en el PP.
La mano negra de Cospedal había conseguido por fin su
propósito y colocó al frente de Cadena Ser Castilla La Mancha a un hombre
próximo al PP. La llegada de Ángel Calamardo a la emisora del grupo Prisa se
hizo notar de inmediato cambiando de programas a los profesionales marcados, suprimiendo a
los tertulianos críticos y sembrando
el desconcierto en las 13 emisoras que tiene el grupo en la región. Poco tardó
en enfrentarse a la mayoría de los directores provinciales, contrarios a su
nombramiento, y crear un ambiente crispado entre los periodistas que dañó la
credibilidad de la emisora más escuchada y más respetada por la audiencia. El
precio pagado por Prisa fue muy alto: pérdida creciente de audiencia y un
cruento ERE. Eso sí, a su favor cuenta haber logrado que Cospedal, después de
seis años en tierras manchegas, accediera a ser entrevistada amablemente en la
Ser, claro que ningún periodista crítico estuvo en el estudio; además de
habilitar en la parrilla un espacio dedicado a los toros, tema muy del gusto de
la derechona manchega que ha hecho de su declaración como patrimonio cultural
casi un auto de fe.
La
discriminación ideológica y la publicidad solo para los medios domesticados han
sido las armas más utilizadas para hacer de Castilla La Mancha un erial. Los medios de
comunicación, sobre todo los críticos con sus recortes sociales, han sido
objeto de una persecución ideológica que han llevado a muchos de ellos a cerrar
o a reducir drásticamente sus plantillas para intentar sobrevivir a la caída de
ingresos y a la retirada de la publicidad por el gobierno de Cospedal. El caso
es que en Castilla La Mancha, los medios que no aceptaron las directrices de
Cospedal estaban condenados a desaparecer. Así ha ocurrido con el grupo El Día,
que contaba con cinco cabeceras diarias en la región, un semanario económico y el
canal de televisión, CNC también de presencia regional. La dirección de esta
empresa familiar con treinta años de existencia denunció insistentemente la
constante persecución y la asfixia económica a que se veía sometida por el
gobierno Cospedal. La falta de campañas institucionales y la caída de la publicidad
privada acabaron con su cierre y el despido de los más de 200 trabajadores del
grupo. CRN, 8 Televisión, Popular Tv, Canal 56, La Voz, Noticias de
Guadalajara, Nueva Alcarria, Global Castilla La Mancha y Crónicas son algunas
de las cabeceras cerradas en los últimos años en Castilla La Mancha.
Pero no solo El Día denunció públicamente
este acoso y derribo, también otros medios han sido objeto de una dura
persecución, como es el caso del periódico digital Diario de Castilla-La Mancha (dclm.es). La llegada de
Cospedal a la presidencia de Castilla-La Mancha supuso para este medio online,
crítico con el régimen impuesto
desde Fuensalida, la retirada total de la publicidad institucional mientras que
otros medios domesticados y próximos al poder recibían decenas de miles de
euros. El director de dclm.es,
César Ortega, ha llevado a los tribunales este disparatado y presumiblemente
ilegal reparto de fondos públicos que premia solo a aquellos medios que hacen
la vista gorda y/o aplauden el día a día protagonizado por la secretaria
general del PP y por sus acólitos manchegos.
En este sentido, cabe subrayar que la
decisión del Gobierno de Cospedal de negar la publicidad institucional a uno de
los medios digitales más leídos de Castilla-La Mancha podría ser considerada
delito de prevaricación, ya que queda probado que servidores públicos están
dictando resoluciones arbitrarias a sabiendas de que dichas resoluciones son
injustas. Ya existen precedentes jurídicos que amparan la demanda presentada
por el director de dclm.es, como la edición de ABC en Sevilla que ganó a la
Junta de Andalucía una querella en la que denunciaba la discriminación
publicitaria sufrida por el rotativo de Vocento. La sentencia condenó al
gobierno andaluz a indemnizar al periódico monárquico y a incluirlo en el
listado de medios para la inserción publicitaria oficial.
El Factótum Mediático de Cospedal, castigador de los medios críticos. Beta Comunicación es adjudicataria de múltiples contratos públicos y se ha
convertido en el factótum mediático del PP castellanomanchego. Se da además la
circunstancia de que al frente de Beta se encuentra Luis Antonio Navarrete, de
pasado falangista y procesado por los incidentes de los ochenta, con muerto
incluido, en el bar San Bao de Madrid. Navarrete fue absuelto por aquellos
sucesos “porque no había constancia de que llegara a introducirse en el bar ni
que ayudara en el vandálico acto perpetrado por sus correligionarios (Falange
Española de las Jons)”, dice la sentencia del Supremo (1985) y de la Audiencia
Nacional (1983). Navarrete es conocido en
Ciudad Real por ser el empresario-cabecera en materia de comunicación del PP,
tanto en dicha provincia como en el resto de la región. Beta está detrás no
sólo de la red de propaganda del Partido Popular y del Gobierno regional, sino
que es el referente de la mayoría de los Ayuntamientos gobernados por los
populares. Es conocida en Ciudad Real su bodeguilla
situada en la sede que Beta Comunicación tiene en el Polígono Industrial
Avanzado, cuya visita es de obligado cumplimiento para todos aquellos que
sintonizan o quieren estar a bien con el nuevo
régimen.
Además, la delegada de Radio Televisión Castilla-La
Mancha en la provincia de Ciudad Real es la esposa de Navarrete, Esperanza
Santos, designada con la llegada de Nacho Villa a la dirección de RTVCM. Su
actuación profesional es muy criticada en los círculos políticos y
periodísticos de la capital por el tratamiento parcial de la información que
procesa y gestiona para la radio y la televisión públicas.
El último gran detalle que
Cospedal ha tenido con su factótum mediático ha sido la adjudicación de la Elaboración de la Campaña de Difusión y el Plan
de Medios para hacer llegar a los castellano-manchegos las bondades del llamado
PICE, el Plan de Inversión y Creación de Empleo, cuyo presupuesto roza los dos
millones de euros. Una adjudicación que sólo se explica en la confianza que
Navarrete ha podido tener en la bondad de su oferta en el concurso público, al
que también se presentaron dos empresas, entre ellas AZUL COMUNICACIÓN, S.L.,
que realizó una baja de más del 15%, mientras que la de Beta apenas superó el
2%.
¿Fue la solvencia
técnica la que decidió el proceso a favor de Beta Comunicación? Las decisiones no siempre son fáciles, pero
sí necesarias para avanzar. En Castilla-La Mancha teníamos el futuro
hipotecado, pero ahora tenemos un Plan. Así comienzan las cuñas de radio elaboradas
por Beta Comunicación. Por
si la adjudicación te despierta dudas te dejo aquí otros elementos para que
puedas valorar: en los criterios de selección, el ejecutivo de Cospedal concede
a Beta 59 puntos atendiendo a “un juicio de valor”, mientras que a las otras
dos empresas concursantes les otorga 36 y 30 puntos, respectivamente. No solo
eso, la agencia de Navarrete presupuesta casi 300.000 euros más que su
inmediata competidora, pero la oferta económica “solo” está valorada con 20
puntos. Si ahora consideras que fue una adjudicación “a la carta” es cosa tuya…
El “plan” publicitario diseñado por Beta,
según el anexo IV de la contratación de la central de medios,
recoge que “el 20% del presupuesto total será destinado al punto 1 del apartado
anterior”. O lo que es lo mismo, Beta Comunicación dispondrá de unos 400.000
euros para la “planificación de los soportes más adecuados para lograr una
mayor y mejor cobertura del desarrollo y las iniciativas propias del Plan de
Inversión y Creación de Empleo”, además del diseño de la campaña. A todo esto
hay que sumar los acuerdos que Beta Comunicación alcance con los medios donde
se publiciten la campaña. El famoso rápel, o descuento que se concede a un
cliente por alcanzar un consumo determinado durante un periodo de tiempo. Miel
sobre hojuelas para el “bodeguero”.
Y es aquí, en la planificación de medios,
donde los criterios comerciales aplicados por Beta dejan mucho que desear, o
cuando menos sorprenden por su disparidad. Sabemos que el periódico digital dclm.es, crítico con
Cospedal, apenas ha recibido mil euros del millón y medio largo que cuenta la
agencia para estos menesteres. Por eso deducimos que otros medios menos
críticos con Cospedal han recibido cantidades muy por encima, pero que muy por
encima de la que realmente merecen. La caza de periodistas y medios críticos
aun continúa.
Cuando la Ley de Transparencia lo permita
comprobaremos lo que sospechamos, el triste papel que determinados medios han
jugado escribiendo al dictado de Cospedal. Será el momento de pedir
responsabilidades y de dejar claro que ni un euro de dinero público irá a
medios que con tanto empeño defienden lo privado y las privatizaciones. ¡Que
les pague Cospedal los favores prestados!
Plumaroja