Ayer, cuando el consejero de sanidad aireo otra supuesta deuda impagada
de Barreda, curiosamente una cantidad aproximada a lo que el ministerio había rebajado
de la deuda publicitada a bombo y platillo por Cospedal y sus secuaces, me temí
lo peor y acerté: los recortes no se van a quedar en la rebaja del 20% en los
presupuestos para 2012, los recortes van más allá y nos traen un carrusel de
privatizaciones que llegaran hasta los servicios públicos esenciales.
Ya lo ensayó el PP en la Comunidad de Madrid con el Hospital
Universitario Fundación de Alcorcón, cuando gobernaba Aznar y el profesor José
Barea, director de la Oficina Presupuestaria, afirmó que habría que privatizar
todos aquellos centros sanitarios que no fueran rentables. El revuelo fue tan grande
que los conservadores tuvieron que retractarse y apostaron por fórmulas como la
gestión privada con titularidad pública. Ahora, Juan Ignacio Echániz, el
consejero madrileño que dirige la sanidad en Castilla La Mancha, vuelve a
recuperar la idea de la gestión público-privada para nuestros hospitales y
centros de salud.
Se escuda Echániz en que la consejería
de sanidad cuenta actualmente con una deuda acumulada de 1.200 millones de euros,
de los que 1092 se corresponden a facturas impagadas recientemente descubiertas.
158.798 facturas habían permanecido ocultas a los ojos de su equipo hasta ayer,
que casualidad que hayan aparecido justo cuando las necesitaba para proponer la
gestión privada de la sanidad pública. Porque será que no me los creo y que me
temo que les pasará como con el déficit y la deuda regional que tanto les gusta
airear.
Echaniz no ha dejado títere con
cabeza y ha criticado una gestión sanitaria que ha comprometido el futuro de
los castellano-manchegos, ha declarado culpables, sin juicio y sin datos que lo
acrediten, a los responsables socialistas, e inocentes a todos los usuarios a
los que presta atención esta Consejería.
Frente al modelo anterior, el y su
equipo afirman tener "talante de ama de casa". Me tiene francamente
preocupado esta afirmación porque no alcanzo a entender que quiere decir Echaniz
con lo del talante, esa palabra maldita desde que la usara Zapatero. ¿Se refiere
acaso a que nos van a curar con calditos, tisanas y ropa de abrigo? ¿Qué volveremos
a la quina Santa Catalina y la yema de huevo? ¿Qué inundaremos nuestros
botiquines de obtalidones, ansiolíticos, antidepresivos… y así, con tanta “pirula”,
todos felices y contentos a afrontar los malos días que nos esperan?
Entre los retos de su departamento
ha priorizado la intención de desburocratizar la actividad administrativa a
través de la administración electrónica, incrementar la efectividad de la
investigación biomédica, y atender la formación de profesionales sanitarios, actualmente
dispersa. Dispersos están también los sistemas de información sanitarios, lo
que le obliga a crear un nuevo sistema coherente y orientado estratégicamente. Todo
esto lo harán con un recorte presupuestario de 400 millones y una supuesta deuda
de 1200 millones. Milagroso será que sobreviva algo de lo que con tanto
esfuerzo hemos construido durante 30 años. ¿En que quedará uno de los sistemas públicos
de salud mejor valorados de España y entre los más premiados de Europa?
Lo que nos espera es, según Echaniz,
una profunda revisión de los programas de cribado para ver su efectividad, que se
investiguen nuevos programas para un mayor rendimiento en salud, que se adapte
la cantidad de infraestructuras y que se avance hacia el calendario vacunal
único en coherencia con otras comunidades autónomas. El consejero ha
considerado que el sistema sanitario actual responde a un modelo obsoleto, y
por eso uno de los retos será la reforma de la atención primaria, aumentando la
capacidad resolutiva de estos profesionales. Para ello se reunirá con las
sociedades científicas y los colegios profesionales para avanzar en los
consensos de la estrategia AP21, sobre la situación de la atención primaria. La
Consejería también pretende "conceptualizar un nuevo modelo de
hospital", centrado en el paciente y en la búsqueda de "nuevos
modelos más eficientes basados en la colaboración público-privada". El siguiente
paso, no anunciado, será el copago. Tiempo al tiempo.
Su reorganización del sistema
público llegará también al ámbito de los servicios sociales, afirma que para resolver
"los desequilibrios que existen entre provincias". Echaniz
se ha comprometido a "poner rigor" en el funcionamiento de la Ley de
Dependencia, promoviendo una "verdadera acreditación" de evaluadores,
y a reformular las políticas de mayores, familia e inmigración "desde la
individualidad", y reconociendo las prestaciones de las viudas que ya
tienen reconocidas.
Permitirme la traducción de sus
palabras: Echaniz quiere decir realmente que se van a endurecer los criterios
para acceder a la Ley de Dependencia, que no habrá prestación complementaria
para las viudas y que los servicios sociales son responsabilidad de las
familias, como ha sido “de toda la vida de dios”.
Lo que realmente me tiene preocupado
no son las “genialidades de Echaniz” sino la serenidad con que esta región se
está tomando los recortes.
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