Rajoy tropieza con la democracia con su Reforma Electoral |
La medida estrella que este
verano han ido madurando los estrategas del PP se llama cambio unilateral del
sistema de elección de alcaldes, esto es, la reforma de la Ley Orgánica de
Régimen Electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada.
Su regeneración democrática, que Ernesto Elkaizer, en funciones de
tertuliano, tilda de degeneración democrática, consiste en la elección
directa de alcalde y que éste sea el que encabece la candidatura más votada,
aunque la suma de las candidaturas restantes ronde el 70% de los votos
emitidos. Y tienen el cinismo de apostillar que esa medida va a ser aplaudida
por la ciudadanía. Si acaso lo será por sus "feligreses" pero no por
los demócratas. Solo a un lerdo se le escapa que esta estrategia de trilero
político que el PP pretende imponer en solitario, tras haber lanzado globos
sonda y no haber seducido al PSOE, no persigue otro objetivo que conservar el
poder municipal, muy amenazado según los resultados de las europeas y las últimas
encuestas publicadas. Con la extrapolación de los últimos resultados
electorales al ámbito municipal, el PP perdería buena parte de las alcaldías
que tienen actualmente.
Ya conocemos
la inexistente vocación de servicio público que tiene el PP. Un partido que
gobierna incluso en fraude flagrante con sus propios electores por el
incumplimiento sistemático del programa político por el que fue elegido (el
contrato).Sabemos también que en el bipartidismo, salvo excepciones, a los
partidos les preocupa fundamentalmente la perpetuación en el poder y su
sumisión al dinero que los alimenta y para el que trabajan. Con tan burda
medida de cambio de las reglas de juego a mitad del partido, a muy pocos meses
de las elecciones municipales y autonómicas, Mariano Rajoy quiere evitar
perder, entre otros, el ayuntamiento de Madrid, que simbolizaría su fracaso y
su derrota.
La regeneración
democrática del partido que más casos de corrupción alberga en su seno
puede llevarnos al absurdo de que una derecha minoritaria gobierne consistorios
mayoritariamente de izquierdas; a que, con un 34% de votos, el PP gobierne
sobre un 66% de votantes que han optado por formaciones en las antípodas de su
ideología conservadora. A través de subterfugios democráticos (el PP sigue
teniendo una mayoría suficiente en el parlamento, fruto del desencanto, que le
permite esta y otras maniobras, claramente antidemocráticas, leyes lesivas que
torpedean las bases de nuestro sistema democrático basado en los acuerdos y en
las mayorías en torno a programas mínimos) se iría al garete uno de los
fundamentos: el sistema parlamentario que rige en los ayuntamientos y permite
elegir a los alcaldes y es el mismo que se aplica en el ámbito autonómico y
estatal. Legislando ad hoc,
el PP, que no tiene con quien pactar excepto el PSOE (y esa sería la inmolación
del partido fundado por Pablo Iglesias, el viejo, no el de la coleta), pretende
una reforma de las leyes electorales municipales que nadie nos garantiza no generalicen
al plano autonómico (reforma electoral aprobada en solitario por Cospedal, iniciativas
en Galicia, Baleares, Murcia…) y estatal para seguir gobernando para ellos y
sus intereses.
Puestos
a cambiarlo todo a su conveniencia, imagino que el PP suprimirá también los
plenos municipales ya que estos harán inviable el gobierno de los alcaldes
electos bloqueando todas sus iniciativas, entre ellas los presupuestos, y
eliminados los plenos podrán extrapolar su democrático sistema al
conjunto del estado suprimiendo, por la misma regla de tres, las funciones del congreso
de los diputados y del senado.
Con el
actual rodillo parlamentario en sus manos, el PP sigue arrasando con los
principios democráticos de este país, que han sido válidos hasta que estos
politicastros indignos han sentido peligrar las sillas bajo sus culos. Habrá
que pararles los pies con todos los medios a nuestro alcance, en las
instituciones y en la calle, porque el PP, como bien dice Ernesto Elkaizer,
lleva mucho tiempo degenerando la política y su última iniciativa es un golpe
de estado democrático contra la democracia.
Plumaroja
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