IU utilizó la palabra Podemos en la campaña de afiliación de la federación andaluza |
Parece
que a IU nos quieren marcan el paso los columnistas de Público, los
demoscópicos, algún que otro jarrón chino y un valor de futuro que tiene mucho
por demostrar. Pues bien, creo que es tiempo de decir basta. Ni demoscopia, ni
iluminados, ni hacedores de opinión al servicio de Roures, la estrategia
convergente de IU deben decidirla sus bases. Déjese que cada estructura,
conocedora de su entorno, decida sobre la “convergencia” y acéptese el
resultado de esa decisión.
En
ese ir y venir de argumentos y deslices inoportunos de opinadores relevantes ni
siquiera se tienen reparos en adaptar la historia en beneficio propio. Julio
Anguita, en su artículo “Ahora. Sin pretextos”, nos llama a superar la
indecisión que, en su opinión, es un atavismo de la izquierda y lo hace
recordando la figura de Aníbal y que no hubiera decidido tomar Roma cambiando
así el rumbo de la historia. Olvida el profesor algunos hechos históricos relevantes
que marcaron la decisión del Púnico: los suministros desde Hispania estaban
cortados desde la llegada de Cneo Cornelio Escipión y sus victorias sobre los
hermanos de Aníbal, otro tanto ocurría con la ayuda prestada desde Macedonia y ahora
bloqueada por la flota romana, la alianza de Roma con los númidas de Maselisa
que capitaneados por Sifax atacaron Cartago y obligaron a Asdrúbal a dejar
Hispania en manos romanas para acudir en ayuda de la metrópolis, la guerra de
desgaste que practicó Quinto Flavio Máximo contra las tropas cartaginesas las
debilitaron hasta el punto que Aníbal fue consciente de su imposibilidad de
tomar Roma por carecer de armamento pesado o de asediarla el tiempo necesario
hasta su rendición. Como puede comprobar Julio Anguita los hechos desmienten la
presunta “indecisión” de Aníbal, utilizada interesadamente por los
historiadores romanos de la época. Los hechos desmienten igualmente que la
izquierda española se muestre indecisa cuando entiende necesario converger. ¿Podremos
decir lo mismo de la izquierda pendiente de definirse? Ya se verá. Pero las
prisas nunca fueron buenas consejeras.
Otro
cosa, querido Julio, es que la prioridad sea la convergencia de IU con un
partido político que está pendiente de su asamblea constituyente, que crece
criticando el sistema de partidos, como hicieron en su dia Cs y UPyD, y que
juega con la transversalidad y la indefinición ideológica para pescar en
caladeros del centro, la derecha y la izquierda. Eso, la transversalidad, está
bien para un movimiento social como el Frente Cívico, del que también formo
parte, y del que es hijo adoptivo el partido en cuestión. Pero a un partido que
concurre a las elecciones debemos exigirle coherencia entre su ideología y su
programa y no hacerlo da lugar a graves contradicciones y a que el programa se
ajuste más al aplauso fácil que al ingrato objetivo de construir alternativas.
Con
ese “partido”, con sus círculos, convivimos a diario en centenares de pueblos
españoles y te aseguro que cuesta entender esa apuesta dadas las tensas
relaciones entre “ellos” y los militantes de IU, a quienes lo más suave que nos
llaman es pegacarteles casposos. Ni os cuento lo que dicen de nosotros en las
redes sociales o en artículos como el dirigido a Cayo Lara. Unos círculos en
los que cabe de todo y especialmente anticomunistas que operan buscando
protagonismos en temas en los que siempre ha habido respuestas unitarias.
¿Crees que podremos converger con quienes han roto la unidad en la defensa de
la sanidad pública o acuerdan en asamblea dinamitar la unidad de acción en la
defensa del sector del carbón, como ya lo hicieron en la defensa de las
renovables, claro que entonces eran CGT y CTI y ahora son Podemos?
Siendo
esto preocupante, lo es más que solo hablemos de lo que aún está por nacer. Y
que Alberto Garzón no haga otra cosa que pensar en Pablo: “la convergencia con Podemos es más urgente ahora”. Quizá sería
recomendable que desde IU no se vierta un solo comentario sobre Podemos hasta
noviembre. Lo que es inexistente orgánica e ideológicamente no puede priorizar
la estrategia y la cotidianidad de una organización con tres décadas de
historia e innegable capacidad de influencia. Por ello, entiendo que IU, en su
apuesta decidida por converger social y políticamente, debe diseñar su
calendario al margen de la demoscopia y los titulares de prensa. Hace falta,
eso sí, que todas las sensibilidades tengamos una sola voz y caminemos con el
mismo paso. No puede ser que una parte llame al todo a converger con otros
cuando esa decisión está ya adoptada y la dirección federal viene marcando los
ritmos a las partes. Sobran protagonismos y titulares pidiendo noviazgo a Podemos.
¡Y así nos luce el pelo! La gente empieza a creer que estamos en fase de
autodisolución.
Caminemos
nuestro camino y el de quienes avanzan en la misma dirección: ICV, Cha, Anova,
Equo, Compromis, la izquierda nacionalista, movimientos sociales y mareas,
sindicatos de clase…, la mayoría social que está por el proceso constituyente.
Lleguemos a noviembre reforzados por la convergencia con los afines y sigamos
nuestra ruta hasta las municipales sin cerrar las puertas a nadie que comparta
programa de mínimos y ser alternativa al liberalismo. Y después de esa etapa
hagamos juntos la etapa de las Generales. La convergencia no se hace en la
prensa, se hace en el trabajo y la movilización común. Dejemos mientras tanto que
Podemos se organice, se aclare y decida si suma o sigue en la guerra mediática contra
los enemigos que tanto le aportan.
Reconozcamos
también que avanzar en un proceso convergente y constituyente exige identidades
que van más allá de la defensa de los derechos humanos, nadie pone en cuestión
su importancia, pero no veo yo al PP o a la ONU, también dicen defender los
derechos humanos, implicados en ese cambio social que nosotros defendemos.
Converger para un proceso constituyente exige otras afinidades programáticas e
ideológicas y cuestiones concretas básicas: modelo energético, derechos y
libertades, estructura del estado, reforma de la constitución, economía
sostenible, relaciones exteriores multipolares y basadas en la neutralidad
activa, reforzamiento de lo público, democracia participativa… sobre estas
cuestiones existen pronunciamientos inequívocos y coincidentes de las fuerzas
de izquierda llamadas al proceso constituyente; otros están por definirse.
Podemos
optar por la via de diluirnos-integrarnos en candidaturas ciudadanas o ser
nosotros quienes las constituyan y vertebren. Mi opción es claramente la
segunda y felicito a compañeros de IU y Equo de municipios de Castilla La
Mancha que llevan tiempo trabajando en esta via. Me consta que en esa dirección
se trabaja también en Galicia y la Comunidad Valenciana. En ella, además de un
proyecto municipalista habrá sin duda un proyecto de provincia y un proyecto de
país porque los cuadros de IU-Equo incorporan esa cualidad frente al
cortoplacismo localista de los “ciudadanistas”.
Me
saltan las costuras cuando escucho a dirigentes de mi organización afirmar que “ganemos es la via para recuperar la fe en
la política”. Obvió lo de la fe por no herir sensibilidades, pero afirmo
que la confianza en la política y en IU se recupera poniendo distancia con la
política tradicional de PP y PSOE; distancia con la corrupción y llenando los
juzgados de denuncias contra los corruptos, sean de los “nuestros”, “aliados” o
“enemigos”; haciendo oposición firme contra el austericidio en las
instituciones y en la calle; practicando la democracia interna y poniendo a
nuestros miles de cuadros a trabajar en el proceso constituyente; siendo
coherentes con los acuerdos internos y con nuestro proyecto político; sacando a
los cargos públicos de los despachos para que rindan cuenta de su trabajo y se
contaminen de lo que preocupa a la ciudadanía…, en fin, mostrando a cada
instante que somos alternativa a este sistema y que tenemos soluciones a los
problemas de la gente. ¿Qué pasará si nos diluimos en cuantos “ganemos” surjan?
No podremos responder desde lo local a quienes actúan a nivel estatal y saldrán
reforzados en la confrontación con grupúsculos que tienen como propuesta
estrella “que hay de lo mio”.
Recordemos
que las encuestas nunca nos trataron bien y que ya ni siquiera está Pedro Jeta para, llevado por la simpatía
hacia Julio, regalarnos un par de puntos en intención de voto, también que las
urnas nos suelen tratar mejor que las encuestas. No nos dejemos influenciar por
ellas hasta el punto de abrazar fantasmas. Tenemos un proyecto de sociedad y no
nos pueden distraer de él los cálculos cortoplacistas. Lo nuestro es trabajar y
trabajar e ir alcanzado cuotas de poder que nos acerquen al objetivo de cambiar
la sociedad. Lo nuestro es conformar candidaturas comprometidas con un programa
de cambio social y no avaladas únicamente por horas de tertulias televisivas.
Hay
millones de personas que comparten esos objetivos y decenas de organizaciones,
colectivos y partidos que harán el viaje con nosotros y… nos están esperando. Y
no podemos responder con soluciones localistas al servicio de tertulian@s
televisiv@s que en este momento tan trascendental han venido a dividir o a cohesionar
en torno a su fama pasajera. Integrarnos sí, pero con programas y candidaturas
que lleven el adn inconfundible de la izquierda. Ahí, en ese adn, el de IU, sí
que están garantizados los derechos humanos, la carta de derechos de la Tierra
y el proceso constituyente.
Marcel
Félix de San Andrés.
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