Antonio Rodríguez Rubio
Los árboles y todas las
plantas, son seres vivos. Por serlo, necesitan cuidados.
En mi pueblo que es
Librilla, hay un olmo centenario. Dentro de lo que cabe, goza de buena salud.
El enemigo mortal para los olmos que es la grafiosis, parece que no le ha llegado.
Tiene otras plagas, como lo es el gusano cabezón que carcome las ramas. Muy
pocos nos hemos preocupado de esta joya viviente. Hace muchos años, se desgajó
una rama e hirió de consideración a una persona que pasaba en bicicleta. Lo que
si precisa el olmo del Lavador, es que le saneen las caries (por las caries entra
el agua que pudre el corazón del tronco además de ser nido de enfermedades).
Paco el de Alejo, es conocido
por muchos en mi pueblo como: “El médico de los árboles”. Ya está jubilado,
pero ha sido podador e injertador (pocos injertos de los suyos no han
agarrado). Antes de quitar una rama a un árbol que iba a podar, daba unas vueltas
alrededor de él; porque el árbol debe quedar equilibrado. Por otro lado, la
poda de un árbol frutal no es la misma que la de uno ornamental (selvático).
Para la poda y cuidados de
un árbol ornamental, no sirve cualquiera, hay que tener conocimientos en este
tipo de árboles. Es mucho más que un fulano que se acerca a él con un serrucho
y unas tijeras. Es que le das una patá a un tormo y de debajo te sale un
podador. “La rama que cortas no echa”; suelen decir muchos podadores.
Nuestro olmo, es una joya
viviente. Según un gran especialista en olmos, Francisco Fuentes (en el extinto
IRYDA, él llevaba la conservación de los olmos de toda España), como el de
Librilla con su porte y salud, solo había ocho en toda España. Los que nos
hemos preocupado de él, solo hemos recibido impedimentos de las instituciones.
Con una buena conservación
de las arboledas, sucesos como los que se dan en Madrid, no se darían. Lo peor
de todo, son las víctimas humanas.
La bondad de cualquier
ciudad del mundo, se mide por sus espacios verdes; por sus arboledas. Muchas de
estas arboledas, se nutren de las fugas de agua de las tuberías sobre todo de
residuales que haya en el subsuelo; muchos se sorprenderían al ver hasta dónde
pueden llegar las raíces. El eucalipto, es un árbol dañino.
Quizá hayan reparado que
junto a muchas de nuestras carreteras hay imponentes plátanos orientales o
plátanos de sombra; al ser árbol de hoja caduca, en verano da una fresca sombra
y en invierno deja pasar el sol. Los carreteros lo agradecían. Además, el
plátano oriental, apenas si necesita cuidados.
Debemos agradecer a Carlos
III (el alcalde de Madrid) muchos de nuestros espacios verdes. No solo lo de
Madrid, sino de toda España ya que eximía de pagar impuestos a la corona si ese
dinero se empleaba en arboledas en pueblos y caminos reales. Hasta podría darse
el caso que el olmo de Librilla, fuera de esa época.
Cuidemos las arboledas, nos
jugamos demasiado.
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