El planeta Tierra y a lo
largo de milenios, ha sufrido grandes transformaciones. Choques de asteroides,
glaciaciones, erupciones volcánicas de gran envergadura, etc. El planeta como
tal, se regenera; surge de sus cenizas.
Es por esto que el planeta
Tierra y debido a las agresiones que está sufriendo, no se va a acabar, se
acabará la vida tal y como la conocemos.
Por los estudios de
historia, arqueología y otras ciencias similares, conocemos de grandes imperios
que se han prolongado por centurias que uno tras otro han ido cayendo. El ciclo
inexorable de la vida. La 2 de TVE, ha repuesto un documental sobre el
Mecanismo de Anticitera que nos dice que los griegos del siglo I a. C. tenían
un artilugio para prevenir los eclipses de luna y de sol; sucesión de números
primos: 19, 53, 127… Mediante el Mecanismo de Anticitera, fijaban la Olimpiadas
con exactitud pasmosa.
El ave Fénix que se inicia
bajo esta denominación en la Grecia clásica y que después llega a Roma y otras
culturas, tiene su homóloga anterior en el Bennu egipcio. Fénix era similar a
un águila y Bennu a una garza real. Significa en una y en la otra el resurgir
de la vida; van ligadas el sol naciente. El ave Fénix, se consumía en el fuego
cada 500 años.
Según aparece en crónicas
que se encuentran en la Biblioteca del Ducado de Medina Sidonia, sobre el año
1.500, se dio una pertinaz sequía que fue asociada a la apertura del agujero de
ozono; a esta sequía, siguió un periodo de lluvias tal, que no se podía recoger
grano porque le entraba una enfermedad producida por hongos (en Murcia la
llamamos: negrillo, porque la espiga se torna de ese color).
Como no puede ser de otra
manera, la vida del humano en la tierra, va asociada inexorablemente a la vida
general del planeta.
“No sé cómo será la Tercera
Guerra Mundial, la cuarta será con palos y piedras”; Albert Einstein. Pero el
gran físico también aseveró esto: “Hay dos cosas infinitas, el universo y la
estupidez humana. Y del universo no estoy seguro”.
Desde Adam Smith a George
Stigler y Milton Friedman pasando por Keynes, el capitalismo ha sufrido diversos
altibajos pero casi ninguno bueno. El capitalismo tiene en la mano de obra su
principal aporte de riqueza y cuanto más paupérrima sea esta, mayor será la
ganancia. Van cambiando los modelos de explotación sin que cambie la
explotación misma.
Desde su fundación en 1.945,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido una herramienta de los bancos
privados para conseguir beneficios hasta en las situaciones más delicadas. La
Reserva Federal de los USA, es un organismo cuasi privado compuesto por los
principales bancos yanquis. Unión Europea (UE) es un eufemismo que define a una
serie de tratados comerciales que empiezan el con el BENELUX y terminan con el
Tratado de Lisboa; es un inmenso casino donde los banqueros juegan con cartas
marcadas y la banca siempre gana; su mecanismo esclavizador, es el Banco
Central Europeo (BCE). Para llevar a cabo la sumisión de los pueblos de Europa,
se ha creado la Comisión Europea. Pues bien…
La “troika”, está formada
por: FMI, BCE y la Comisión Europea. Bancos y banqueros.
En estos momentos, el
poderío mundial del imperio yanqui, está siendo disputado por el imperio
comunista/capitalista chino. Por ahora, su guerra, solo es comercial. La Tercera
Guerra Mundial, ha comenzado.
No hay que negar que la
política keynesiana (New Deal) aplicada por Franklin D. Roosevelt contribuyó al
despegue de los USA después del batacazo del 29; pero tampoco debemos olvidar
que el gran florecimiento tuvo como apoyo la Segunda Guerra Mundial; la
industria de la guerra, siempre ha sido floreciente.
Los millones de muertos de
las dos grandes guerras del siglo XX, fueron entendidos como: daños
colaterales.
Si hoy las guerras son
principalmente por el petróleo, quizá en los próximos tiempos, las guerras sean
por el agua. El río Jordán que abastece de agua a Palestina y Jordania, nace en
El Líbano y pasa por los Altos del Golán (Siria); precisamente lugares ocupados
por el terrorista estado de Israel o sus aliados (España entre ellos); tropas
de interposición en el sur de El Líbano. No es esta causa menor.
No es baladí que no se
realicen grandes intervenciones para paliar las hambrunas y la tremenda sequía
que asola al Sahel o al Cuerno de África. Los habitantes de la región, están
condenados inexorablemente a la extinción o a una mera representación que lo
contradiga.
Tampoco es baladí que el
creacionismo sea proclamado con fuerza por los dueños del mundo; los que han
trazado el nuevo orden mundial. Desde el creacionismo se repite que cuanto hay
en el mundo ha sido puesto por dios para el disfrute humano; haciendo excepción
de un par de miles de millones de personas que sobran en el mundo, aquel que no
es consumidor al estilo occidental, no interesa. Dependiendo del lugar de
nacimiento, se padece sobrepeso o desnutrición severa.
Los mayas y para diciembre
de 2.012, predijeron el fin de un ciclo solar. Pero solo eso. Quizá el cambio
esté por venir. Quizá el ave Fénix se tenga que rehacer de sus cenizas.
El imperio de la URSS, cayó.
El imperio chino, se ha convertido en capitalista aunque conserva la vieja
estructura dictatorial del anterior sistema comunista. Y el imperio yanqui, ya
no es el que pueda imponer su voluntad al mundo. Decíamos antes que la Tercera
Guerra Mundial ha comenzado, pero que esta, no es bélica sino económica. El
imperio comunista/capitalista chino, tiene más dólares que la Reserva Federal
de los USA; es el gran banquero del mundo y, ahí radica su enorme poder.
Para imponer el pensamiento
único, los plutócratas cuentan con los medios que en otro tiempo fueron de
información y hoy son de desinformación y manipulación. Lo que no sale en la
tele, no existe. Pongamos en Europa…
Se ha hecho creer al pueblo
que se creyó soberano que no hay otra forma de hacer las cosas. Repetida esta
mentira convenientemente infinidad de veces, han llegado a creerlo; Joseph
Goebbels, estaría feliz. Los llamados a defender a las clases desfavorecidas,
han hecho suya la falacia; el modelo neoliberal actual, fue ejecutado por los
socialdemócratas.
¿Quién no se ha preguntado
alguna vez cómo los negros de África mueren de hambre, sed y enfermedades sin
levantarse en armas contra sus tiránicos gobernantes? Perece que esto lo han
tomado como “su” destino. Del mismo modo, en Europa, la gente padece hambrunas
sin que se levanten contra sus corruptos gobernantes; gobernantes que no son
sino el brazo ejecutor del nuevo orden económico mundial. Todo forma parte del
todo.
Si hacemos un breve repaso
de la situación actual, tendremos las dos clases sociales que nos presentaron
Federico Engels y Carlos Marx: explotador y explotado. LA SOCIEDAD DUAL.
Por esto, el resurgir de sus
cenizas de la clase trabajadora, ha de venir de la mano de las políticas
sociales marxistas. Políticas sociales que se vinieron conformando durante el
siglo XIX teniendo su origen en el XVII y XVIII. Si es que es así de simple.
Si no se quiere llegar a un
postulado comunista en el sentido tradicional, por lo menos, que se aplique la
socialdemocracia en su origen primigenio, de la que habló Rosa Luxemburgo. La
política económica keynesiana, es compatible con la socialdemocracia; las
políticas económicas neoliberales y neoconservadoras, solo son posibles con las
que partiendo de George Stigler y Milton Friedman, se han venido impartiendo en
la Escuela de Economía de Chicago.
Partiendo de la Escuela de
Economía de Chicago, se dio el inicio de la globalización (de la pobreza) y es
la causa de los males mundiales que padecemos. El problema, es mundial; la
solución, ha de ser mundial. Los tristes sucesos ocurridos hace unos días en
Bangladés, deberían ser tomados por los responsables de las políticas
económicas ligadas a la clase obrera como una agresión al total de esa masa
obrera; no un hecho aislado acaecido en el otro extremo del mundo. Es que ese
es el modelo que pretenden imponer.
Desde mi punto de vista,
desde aquí ha de partir el debate.
¿Cómo vamos a consentir que
unas pocas personas del mundo impongan su criterio a miles de millones de
ellas?
Dejar que las cenizas vayan
aumentando en su volumen debido a la pira encendida para eliminar personas o en
su defecto, renacer de las cenizas. Ser el ave Fénix.
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